09. Salón de Música (ACI)

por **Anfitrite** Sáb Feb 18, 2017 7:09 am

Locación: Aurum Concordiam Institute (Salón de Música).
Hora: Aproximadamente 5 o 6 de la tarde.
Día: Domingo.
Clima: Templado, parece que va a llover.
Observaciones especiales: Al final del pasillo hay un órgano. El salón se encuentra en el segundo piso con vista al lago.

por Rosa Caníbal Sáb Feb 18, 2017 8:10 pm

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Hace media hora que Lucién llegó de la ciudad, estuvo en la matinée, viendo esas películas francesas clásicas; de las que muestran cuando hacen los ciclos de cine francés.

Era un día para él, bastante tranquilo. En la mañana se había levantado y había entrenado, después un pequeño trabajo de investigación y más tarde quiso salir solo al cine. Ahora está en el salón de música, leyendo los lomos de los libros expuestos en la biblioteca del salón.

— L'Étranger — susurra en su lengua nativa.

Ahí estaba uno de sus libros favoritos, lo la leído varias veces. De muy joven se sintió identificado con el protagonista. Aún podría. Toma el libro, busca un lugar para sentarse, escoge el sillón crema que está muy cerca de él. Estando cómodo lo abre. Comienza a leer el capítulo uno.

“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer…”

Lucién no está triste. Pero sí un tanto nostálgico.

por **Anfitrite** Sáb Feb 18, 2017 11:47 pm

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Caminaba por los pasillos que dirigían al salón de música, no el que él había construido en el subterráneo que era más bien un teatro sino al que la casa ya poseía con su inmenso órgano, ahí había detectado la presencia de Lucien.

Se talló los ojos debajo de sus gafas oscuras antes de entrar a la enorme sala. Encontró a su amigo sentado en uno de los sofás frente a la chimenea y hacia él se dirigió. En la mano llevaba una especie de paquete cuadrado y delgado envuelto en una bolsa.

—El extranjero… —dijo con voz ronca al tiempo que se sentaba lentamente en uno de los sofás contiguos al de Lucien—. ¿Cuántas veces lo has leído ya…?

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por Rosa Caníbal Dom Feb 19, 2017 3:29 am

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Había percibido la figura de Arkadei, porque le miró por el rabillo del ojo. Pero se quedó en silencio escuchando su pregunta y observando sus movimientos.

A la pregunta él responde.

— Creo que muchas, no son suficientes —, le dedica una pequeña sonrisa, pero sin mirarlo aún.

Le sigue dando una ojeada al libro. Para Lucién tampoco le pasó desapercibido el paquete que lleva entre las manos Arkadei. Y eso le despierta cierta curiosidad pero no lo demuestra, pero presiente además que su amigo necesita de algo, suspende su lectura y se le queda mirando ahora más curioso cuando nota sus lentes oscuros y el pequeño golpe que trata de ocultar. Con sus ojos le interroga qué le sucedió.

por **Anfitrite** Dom Feb 19, 2017 4:06 am

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Se lo quedó mirando a través de sus gafas oscuras. No le sorprende la respuesta, Lucien seguramente se siente identificado con el protagonista del libro. Por mucho que le llamaría la atención comentar con él acerca de la trama, el trasfondo de la obra que habla de la sociedad y conocer un poco más de la visión de su amigo sobre sí mismo, Lucien ha formulado su propia pregunta en silencio.

—Digamos que no me ha ido bien últimamente —responde intentando restarle importancia al asunto y prefiere desviar el tema hacia la otra cuestión de la que Lucien también se ha dado cuenta—. Tienes razón si piensas que necesito de tu ayuda… —le dice mientras desenvuelve el paquete y extrae de él una sudadera que en otro tiempo fue blanca. A pesar de que huele a limpio tiene manchas que no han sido posibles quitar, se encuentra desgastada, desgarrada en varios puntos y parece a punto de deshilacharse. Se la muestra sin agregar más.

Lucien seguramente entenderá.

por Rosa Caníbal Lun Feb 20, 2017 12:40 am

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Sonríe un poco a la respuesta de Arkadei, pero su atención pasa lo que desenvuelve del paquete, es una prenda de vestir la cual está bastante desgastada y manchada. Se pregunta de dónde la obtuvo Arkadei además qué ha pasado con el dueño de esa ropa.

Sus ojos vuelan de la prenda al rostro de Arkadei.

Agradece que en todos estos años lograra manejar su habilidad. Al principio se manifestaba sin saber cómo, incluso cuando rozaba objetos con mucha energía, estos le mostraban todo en vez de ser él quien decidiera qué ver o cuando.

Suspira.

Sus largos dedos se acercan con cautela a la sudadera, la toca. Se concentra. Las pupilas grises se dilatan al instante, nunca antes el francés había tocado un objeto con tanta energía síquica e incluso con tanta carga emocional que le hiciera doblegar el pecho.

Se da cuenta de que pertenecía a un niño, a uno muy pequeño.

¿Acaso es un auror? ¿Un bebé? En todo este tiempo que sabe que es un auror no ha escuchado que existiesen bebés que manifestaran sus poderes. Aunque Lucién se ha preguntado mucho por qué ellos no demostraron sus poderes siendo más niños, es decir, ellos estaban destinados a sus poderes desde el inicio de su existencia pero no antes, y se pregunta el porqué.

Sus delgados labios se entre abren. Su mirada se pierde a algún lugar. Y empieza a ver a ese niño asustado en las calles llenas de multitud, de color, de fuerte olor a curry, de bullicio, de pobreza. Pareciera que es en algún lugar de Asia, pareciera que es en la India. A ese bebé lo tiraron a las calles a su suerte. A que muriera.

El corazón de Lucién se conduele. Se estremece.

Hay miedo, en el niño, hay miedo en la gente. Hay algo, una cosa que está con el niño; una cosa llena de odio; de hambre y de sed, de carne y de sangre. Ese monstruo ha matado a personas de maneras inimaginables. Ellas le temen, lo consideran un monstruo, porque saben que ese niño es quien lleva al demoniaco ser. Han intentado matarle con armas de fuego, al niño, pero esa cosa logra detener las balas y luego mata a esos hombres. Deslizándose como una sombra y clavando sus negras garras en los cuerpos, los despedaza. Se los come. Escucha el crujir de los huesos y de la carne molerse. Logra aclarar esa oscura figura, es como una mujer, una muy horrible mujer.

Se le erizan los vellos al hombre, el niño lo ve todo.

Lucién siente asco. Cree que su nariz se impregnó de la mortecina que trae en sí esa mujer. Ahora ve a través de los ojos del niño que vive en un basurero, rodeado de lo más sucio, descalzo, mugriento. Esa cosa inmunda se está alimentando de un pobre niño tan indefenso, de su alma pura, de su energía. Está tan delgado. Ese niñito, lloroso, hambriento, asustado, muy asustado. No es justo que alguien tan pequeño sufra así.

Lucién aprieta con más fuerza la sudadera.

Ve que el monstruo además de alimentarse de humanos, también lo ha hecho de animales, cualquiera que este lo suficientemente cerca de ella. Ningún ser que esté cerca sobrevivirá. Inmediatamente piensa en Farfán, su fiel amigo peludo. Si esa cosa estuviera en la mansión correría peligro también, tiene la sensación que podría matar a cualquiera de la mansión.

¿Si este niño es un auror qué clase de poder es? ¿Lo manifiesta en esa cosa?

Con pesadez retira la mano de la sudadera, como si ésta estuviera atada o atraída a la prenda como imanes. No recordaba cansarse de ese modo después de percibir los recuerdos de los demás a través de los objetos porque se siente como cuando apenas aprendía de su poder. La tristeza y el miedo del niño se le han adherido de algún modo y es que esos recuerdos los compartirá para siempre con ese niño. La otra mano la lleva a su entrecejo para despejar su mirada.

Toma aire y aún sin mirar a su amigo le dice — ¿Qué…qué se supone debía encontrar? Este niño ¿es un auror? ¿Hay que hallarlo a él? o al monstruo que se alimenta de él.

Ahora si mira a Arkadei — Hay que hallar al niño de inmediato, esa cosa… esa mujer lo está matando, se alimenta de él y cuando lo haga, nadie estaría seguro con ese monstruo atacando.

por **Anfitrite** Lun Feb 20, 2017 1:07 am

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Arkadei no respondió a ninguna de sus preguntas, en cambio sintió que sus preocupaciones aumentaban con forme notó la manera en que Lucien había quedado afectado al ver los recuerdos que esa prenda llevaba consigo.

Se quitó las gafas oscuras y dejó ver sus ojos enrojecidos por la falta de descanso, el dolor de las migrañas y el agotamiento.

—Quiero ver todo lo que percibiste —dijo clavando sus pupilas en las de él. Sin esperar su permiso, sus ojos dorados se encendieron, señal de que estaba usando su poder mental en Lucien. Rozó lo último que él guardaba en su memoria y que era precisamente todo lo que respectaba a lo que había sucedido alrededor de Deliel cuando llevaba puesta esa ropa.

Entonces fue testigo de cada terror y cada grito mudo que el niño emitió a causa del monstruo que lo acompañaba. Vio cada muerte y cada intento por asesinarlo mientras el pequeño iba perdiendo ilusiones y parte de lo que le quedaba de vida.

Apartó la mirada de Lucien tan pronto como pudo. Cerró los ojos con fuerza antes de cubrírselos con una mano temblorosa. Sintió la cabeza a punto de estallarle y un nudo se formó en su garganta.

¿Cómo diablos iba a detener a ese monstruo?

—Ese… niño está… ya en el Instituto —dijo con voz entrecortada y la respiración acelerada pero seguía tapándose los ojos—. Le… pusimos la va… la vacuna y el monstruo está dormido… está… —guardó silencio. Se tomó un minuto para recuperarse antes de continuar—. Por el momento ha desaparecido…

Desaparecido, sí, pero volvería.

por Rosa Caníbal Lun Feb 20, 2017 3:14 am

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Por instinto Lucién se para del sillón, dejando caer el libro al suelo. Mira al más joven con asombro. “Esa cosa está aquí, y nos matará a todos, es más, le daremos lo que necesita, poder”.

No es que mire culpando a Arkadei de traer ese monstruo hasta aquí. Qué iba a saber él. Su mirada es de preocupación por los gestos de su amigo, nota que no sabe qué hacer con la situación. Lucién podría describirla que se trata de un ente manifestado ¿Acaso no habrá alguien en este mundo con poder síquico para acabarla? ¿Acaso él no?

Retoma su asiento, mirando los ojos cansados y preocupados de Arkadei, se le ocurre decirle, si el niño es un auror por qué no enseñarle a manejar ese poder y así hacer desaparecer al monstruo. Pero no lo hace porque ambos saben que ese ser se ha alimentado lo suficiente para no depender tanto de la manipulación del poder del niño.

A la final se atreve a preguntar alguna cosa.

— Aparte de la vacuna ¿No existe otra solución?

Lucién desea que exista otro medio. Se siente frustrado, desearía qué hacer o saber quién podría ayudarlos. Aprieta los puños.

— ¿Qué vamos a hacer si termina de alimentarse del niño y se libera? Seguiremos nosotros, solo tenemos dos días —, sentencia.

Se queda pensando — Déjame ver más, a ver si puedo ahondar más desde el inicio de todo esto. El origen de este ser. Tal vez nos ayude en algo.

por **Anfitrite** Lun Feb 20, 2017 3:58 am

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Apartó un poco la mano de sus ojos para mirar a Lucien, la preocupación que demostraba y la manera en que su mente ya dibujaba el peor escenario. Había formulado tantas preguntas que Arkadei no supo si realmente esperaba a que le contestara alguna o ya sabía que él era tan inútil en el manejo de sus poderes que no podría.

Henning habría podido. Henning lo habría controlado todo…

La culpa le oprimió el pecho. ¿Moriría también ese niño por su culpa? No lo soportaría.

—Aún me queda por probar algunas cosas… —dijo con tono cansado y deprimido. Se recargó contra el respaldo del sofá y apoyó con cuidado su cabeza en él. Cerró los ojos y realizó un ademán con la mano para indicarle a Lucien que era libre de entrever todo lo que deseara de esa prenda.

por Rosa Caníbal Mar Feb 21, 2017 5:16 am

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Observa el cansancio, el dejo de culpabilidad y tristeza en su amigo. El francés no quería responsabilizarlo por la situación. No debió mostrar tanta preocupación delante de Arkadei, como si todo estuviera acabado. Ciertamente a veces se dejaba llevar por su pesismismo de lo absurdo.

Exhala aire.

Abre los labios para decirle algo, pero se queda así, las palabras en el aire. Observa a Arkadei que permanece con sus ojos cerrados. Recuerda que el libro cayó a sus pies y lo recoge. Finalmente le dice

— De alguna forma saldremos de esto.

De alguna forma, porque aún siendo Lucién un hombre que ve las cosas como desatinadas, también no se amilana. Aprieta la sudadera, pero esta vez la toma hacia su pecho. Cierra los ojos y se profundiza en los recuerdos del pequeño. Quiere saber cómo llegó esa cosa a él o también dónde están sus padres por ejemplo.

Y su mente viaja un poco más atrás, antes que lo botaran a la calles. En los recuerdos del niño llega a un cuarto oscuro y sucio, pero en ese instante se respira amor, calidez. Escucha un tarareo dulce de una voz femenina, le canta una canción infantil en una lengua diferente a la de Lucién que no logra reconocer. Siente al niño grato en la tibieza de unos pechos al abrazarle y el aroma de una madre a leche y miel. Ella le mira con ojos tiernos.

Lucién se siente conectado con esa sensación.

Pero ahora bruscamente la escena cambia. Ya no están ellos solos en su nicho de amor. Hay alguien más, un hombre. Un hombre que los mira con ojos turbios; la mujer y el niño le temen. La mamá se hace delante del pequeño para protegerlo. Forcejean, ella como una leona se defiende, pero no es suficiente, el hombre la reduce a golpes hasta que ella no se mueve más. El pobre infante lo ve todo con enormes ojos abiertos.

Y su voz se calla para siempre.

Lucién odia que fuese testigo de escenas tan terribles. Aprieta los dientes con rabia y por el dolor compartido.

Los ojos del asesino se clavan en el niño. Lo deja encerrado en la oscuridad con el cadáver de su madre. El tembloroso niño no despega su mirada aterrada, de su madre y algo parecido a una bocanada de humo negro, es una figura definible, la de una mujer, cuyos cabellos tapaban su rostro.

La extraña figura sisea y sale del cuarto en busca de algo. Busca al hombre. Lo encuentra y este lo ve inquieto. Rápidamente ese ser levanta el rostro y es muy parecida a la mujer que acabó de asesinar. Pero tiene el color de la muerte, enseña unos sus dientes filosos y se arroja al asesino que intenta defenderse ahora. Y los papeles se intercambian porque no puede defenderse. No logra herirla porque es etérea. Pero ella sí logra tocarlo se enreda en su cuello y lo desgarra, lo muerde.

Mientras tanto el aterrado niño escucha los espantosos sonidos. Y aprieta sus ojos llenos de lágrimas, se hace un ovillo. Hasta que deja de escuchar al hombre, es un silencio largo. Decide acostarse a un lado de su madre, tiene frío y miedo. De pronto la puerta se abre con lentitud, entrando una luz en la oscuridad, una sombra se desliza, empieza a escucharse una canción de cuna, es la mujer que regresó, haciéndose a un lado del pequeño, sus largos dedos acariciaban los rubios cabellos.

Esa maldita canción de cuna sonaba tétrica.

Las manos de Lucién tiemblan y sueltan la sudadera y deja de ver esas escenas. Toma aire e intenta calmarse un poco de las emociones. Se queda unos minutos así en esa posición, pensando. Si esa cosa apareció después del asesinato de la mamá del niño, si parece “cuidar” de él, si se alimenta de su ser haciéndose cada vez más fuerte. Entonces es como si su poder fuera invocar cosas. Que lo que invoque sean seres demoniacos, es una probabilidad.

Vuelve su rostro circunspecto hacia Arkadei.

por **Anfitrite** Mar Feb 21, 2017 12:34 pm

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Entreabrió los ojos y los dirigió hacia Lucien cuando escuchó sus palabras de apoyo. No fingió agradecerle su intento por animarlo porque no quiso desconcentrarlo de ahondar aún más en los recuerdos guardados en aquella prenda.

Apoyó el codo sobre el descansabrazos y su boca contra los nudillos de su mano. Observó en silencio a la manera en que el gesto del hombre dejaba entrever parte de sus emociones, emociones que volaron hasta él en forma de asombro, de pena, de incredulidad… de miedo… Esa última sensación quizá era más parte del propio Arkadei que de Lucien.

Notó el temblor de sus manos y esa respiración profunda con la que pretendía calmarse.

Arkadei temió preguntar qué había visto esta vez. Se sentía aún más reacio que al principio de indagar en su mente para averiguarlo de primera mano. No, esta vez preferiría que fuera el mismo Lucien quien se lo dijera, ¿pero tenía derecho a negarse a toda la verdad por no ser capaz de conocer lo que un niño de poco más de un año ya había vivido por sí mismo?

No podía ser tan cobarde.

Suspiró y apartó su mano del rostro. Se hizo hacia el frente para acercarse a Lucien y mirarlo a las pupilas grises. Una vez más las doradas se encendieron. Arkadei fue capaz de ver parte de la triste historia: el inicio de una pesadilla que acababa con otra distinta pero no menos cruel.

Era demasiado, demasiado para un niño.

Frenó su poder y cubrió sus ojos con las manos por unos segundos en que se esforzó por no llorar. Bufó lleno de frustración, de pena. Cuando creyó tener controladas sus emociones, llevó sus manos haca su frente y peinó su cabello hacia atrás, luego se puso de pie.

Caminó hacia uno de los ventanales. Apoyó su mano derecha en el marco y la otra la metió en el bolsillo de su pantalón. Vio a través del cristal a los jardines pero no los miró. Los veía para que la luz lastimara su cabeza y con ello pudiera ser el dolor físico lo que lo alejara del dolor emocional.

Se quedó ahí parado, dándole mil vueltas al asunto. Con los ojos enrojecidos además por un nudo que se le había formado en la garganta. No podía hablar, no tenía nada que decir.

Deliel había recuperado su felicidad hace dos días… A la media noche volvería a perderla…

por Rosa Caníbal Miér Feb 22, 2017 7:52 pm

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Aún le parece extraño cuando Arkadei lee en sus pensamientos, lo siente parecido a su poder pero a la inversa, ya no es él quien percibe los recuerdos, sino que es a él mismo a quien se lo leen. Como si fuera una copa y se vaciara y se volviera llenar del mismo líquido.

Los ojos dorados de Arkadei dejan de enlazarlo y Lucién permanece en el sillón observando que esa triste mirada dorada está en el paisaje luminoso.

Nunca había visto un ser que haya sufrido tanto como ese niño, se masajea suavidad la frente con la mano derecha, fueron imágenes terribles; ahora se pregunta cómo se estará sintiendo su amigo siendo un síquico,si él mismo se siente hasta mareado, notó su pesadumbre, la carga sobre sus hombros, él tampoco merece esto. También se pregunta si lo último que vio podría ayudar en algo. Tal vez no mucho.

Esa entidad tiene mucha energía…

Debe tener alguna debilidad, se dice, aún en el tiempo cuando no podíamos controlar nuestros poderes de jóvenes eran…no eran como esto que parece ser un ser autónomo, independiente de su auror, pero dependiente de las emociones del auror. Es un demonio ¿Por qué no? Si existen los aurores, por qué no demonios.

Debe tener una debilidad, se repite.

— Debe tener una debilidad —, ahora lo dice en voz alta a Arkadei.

Lucién se pregunta qué pasaría si lograra tocarla y leerla tiene la suficiente energía por sí sola, tal vez le pueda mostrar algo de ella misma que el niño no le pudo mostrar. Funcionaría como un objeto cualquiera, es una entidad y hasta mejor.

De pronto se le viene a la mente que debe llevarse a Farfán lejos antes que la entidad regrese y a llegar a tiempo para ayudar.

por **Anfitrite** Jue Feb 23, 2017 12:56 pm

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Asintió lentamente.

—Debe tener una debilidad… —repitió con voz baja. Eso lo sabía o al menos quería creerlo. El monstruo debía tener una debilidad, no podía ser imbatible, el problema era que Arkadei no la conocía…

Ya se le había ocurrido que crear a ese enemigo no era todo lo que el pequeño auror podía realizar, seguramente aún les faltaba conocer cuál era su habilidad y quizá ahí estaría la clave para vencer a su demonio. El problema que eso representaba es que debía estar cerca del niño para mirar sus ojos y manipularlo mentalmente hasta que le fueran revelados ambos vértices de su factor áureo, pero el horrendo ser no se lo permitiría sin intentar matarlo por segunda ocasión.

Estaba seguro de que la siguiente vez no fallaría.

Sigrid podría ayudarlo a escapar de los ataques con su habilidad pero no estaba seguro de que ese ser no pudiera herirla. Había pensado incluso que no se dedicaba solo a dañar en el plano físico sino que también podría hacerlo en el espiritual… Y si eso sucedía… Si era capaz de eso… una vez que matara al niño del que se alimentaba nada impediría que asesinara a todo ser vivo que se le cruzara…

Negó con la cabeza. No podía permitirlo… No podía dejar libre a un monstruo para que acechara al mundo…

Se apartó de la ventana y se acercó a Lucien para tomar la prenda de Deliel que había escapado de sus manos.

—Gracias por tu ayuda —le dijo con tono apagado. Regresó la sudadera a la bolsa, recuperó sus gafas oscuras y se las colocó frente a sus ojos, luego se encaminó hacia la puerta con la intención de abandonar el salón pero antes de hacerlo se detuvo y giró el rostro en dirección a Lucien—. No podrías leer nada en esa "entidad" sin que ella te mate primero —le dijo con seriedad. Se lo estaba advirtiendo.

Aún le quedaba un residuo de la unión mental que había abierto con el francés para leer sus pensamientos y éste último, donde se planteaba averiguar más del demonio al tocarlo, había volado también hasta Arkadei.

—Prométeme que no lo intentarás…

por Rosa Caníbal Jue Feb 23, 2017 6:19 pm

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Lucién levanta la mirada un tanto sorprendida a su amigo, abre los labios para contestarle, pero rápidamente se repone y sonríe con resignación. Claro que sabía las consecuencias, podría morir.

— No te puedo prometer nada —, dice con sinceridad.

No podía mentirle. O negar sus intenciones.

— Si con ello logro encontrar alguna debilidad, en cambio te prometo que mi último pensamiento sería diciéndote como puede ella morir.

por **Anfitrite** Vie Feb 24, 2017 7:33 am

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No podía creer en la respuesta que Lucien le había dado. ¿Acaso no estaba pensando en lo que decía o tenía deseos de tomar el papel de mártir?

Se quitó las gafas del rostro y lo miró con severidad.

—Voy a repetirlo porque creo que no fui lo bastante claro —dijo con tono frío mientras daba unos pasos para acercarse a él—. Ese demonio te mataría antes de que logres acceder a una sola de sus memorias. No durarías ni dos segundos vivo junto a ese monstruo ni yo necesito que me generes más problemas porque se te da la gana actuar como un insensato.

por Rosa Caníbal Vie Feb 24, 2017 11:22 pm

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El francés no cambia su gesto calmado a pesar de la mirada dura de Arkadei o sus palabras. Desde el sillón arrastra los ojos grises a su figura como analizándolo. Su preocupación le exaspera un poco, puede que no sea el auror más poderoso pero lo subestima si piensa que se quedará de brazos cruzados mientras los demás la enfrentarán de acuerdo a sus habilidades. Porque tarde o temprano la verán a los ojos y prefiere que no sean estos jóvenes aurores que aún saben manejar sus poderes, o ese niño tan inocente.

— Arkadei, es inminente el enfrentamiento con esa cosa hambrienta, viendo la situación vamos a morir de todas formas cuando empiece a atacarnos. Insensato sería no hacer algo si hay la posibilidad.

Se levanta del sillón y sostiene esa mirada — Así que en el momento que debemos enfrentarnos a ella, si veo la oportunidad, la tomaré aunque mi existencia se acabe en dos segundos.

por **Anfitrite** Sáb Feb 25, 2017 5:56 am

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Torció una sonrisa sardónica.

—¿Así que todos vamos a morir de cualquier forma…? —dijo realmente dolido por la poca fe que Lucien le tenía. Habría preferido que le dijera lo que pensaba, que le dijera que lo creía un inútil que acabaría matando a todos por su falta de aptitud, al menos así podría dejar de temer al momento en que por fin aflorara la recriminación que todos le guardaban pero nadie, salvo Alejandro, se atrevía a echarle en cara.

Sostuvo la mirada gris. Las palabras y opciones del francés no solo eran insensatas sino que suicidas pero parecía que él consideraba una buena idea dejar sus viseras regadas por todo el Instituto con el único objetivo de que el niño atestiguara otra muerte más causada únicamente por necedad.

—¿Esa será tu postura final? —le preguntó con frialdad.

por Rosa Caníbal Sáb Feb 25, 2017 11:51 pm

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Lucién sonríe imperceptiblemente y responde — Arkadei. Sí, si no hacemos nada, moriremos. Sí, ésa es mi postura final. Pero yo sé que tú harás algo para enfrentarla. Sin embargo — poniendo una de las manos sobre el hombro de su amigo — ¿De encontrar una posibilidad no la tomarías? ¿De buscar una debilidad, no la aprovecharías?

Lucién siente que debe hablar. Baja el brazo del hombro del más joven. — No soy un insensato como piensas.

Se aleja unos pasos, le da la espalda mirando hacia la biblioteca, de soslayo le devuelve la mirada, continúa — No me voy a lanzar de buenas a primeras cuando la vea —, se acerca a los estantes de la biblioteca y el libro que tenía en la mano lo ubica en el estante que estaba —. No soy un suicida —, termina de introducirlo en el espacio con el dedo —. Sé que hay que hacer un plan.

El francés sabe que hay que hacer un plan. Uno donde ojala se pueda evitar la muerte de alguno de ellos, porque no quiere que nadie más muera o que Arkadei le pase algo malo también o peor. Además cabría la posibilidad de crear un contacto con ella evitando ser lastimado.

Desliza la mano por el estante y mira a Arkadei — Además dijiste que querías probar algo ¿Podrías decirme qué es?

por **Anfitrite** Dom Feb 26, 2017 1:48 am

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No le agradaba la manera condescendiente en que se dirigía a él ni que hablara del asunto con tal simplicidad como si se tratara del clima. Odiaba que insistiera con su punto sin ser capaz de ver desde el de Arkadei lo que eso significaba.

—Ni importa, Lucien. No importa si tengo un plan o no, si hay cosas que aún puedo probar o no. Te lo dije, no necesito que me compliques más las cosas con tus "soluciones" suicidas que no ves como tales —dejó caer la bolsa que sostenía sobre uno de los sofás. Se acercó al hombre para que lo mirara de frente—. No se te olvide que si estás aquí es únicamente porque trabajas para mí. Si yo te ordeno que no leas a ese monstruo es para que no lo hagas nunca. Nunca. Si no estás dispuesto a obedecerme… —extendió la mano y señaló a la puerta con la palma abierta— puedes marcharte ahora mismo de mi propiedad.

por Rosa Caníbal Dom Feb 26, 2017 10:26 pm

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Ve la figura de Arkadei acercarse a él, con esa mirada dura. Con esas palabras que le ordenan a él, a él no hacer nada. Detesta eso, sabe que trabaja para el ruso y debe cumplir misiones, es claro eso en un trabajo; pero ¿Ordenarle? ¿Obedecerle ciegamente?

Emite el sonido de una risa seca, amarga, demostrando que de su calma ha pasado al enojo. Hay personas que podrían impacientarle, pero pocas le hacían enojar. Era irónico que entre ellas fuese su amigo. Le mira a él y luego hacia la salida que le señala. Podría irse y dejarle solo con su orgullo, pero siente que no puede ¿Cómo abandonarle y al resto de los aurores? No puede creer que vaya a hacer lo que va a hacer. Tragarse su propio orgullo por otra persona.

¿Qué le está pasando? El que de joven proclamaba su libertad, su individualidad.

Vuelve la mirada a Arkadei, de nuevo sonríe amargamente, tiene ganas de golpear el rostro de ese chico. No, no a ese punto pero sí darle una lección. Odia cuando se pone tan engreído. Adelanta pasos hasta quedar muy cerca de él, entre abre los labios como si fuera a decirle algo. También se imagina que le da un coscorrón en la cabeza, como si estuviera regañando a un niño.

— Entonces, me ordena…Está bien, como su empleado, cumpliré esa orden.

Pero como su amigo...

Arkadei ignora, no se imagina de porqué Lucién estaría dispuesto en dar su vida, en vez de dejar sacrificar a la de su amigo.

por **Anfitrite** Lun Feb 27, 2017 9:33 am

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La risa sarcástica no era necesaria. Ahora que Lucien está en un estado alterado, Arkadei puede sentir a la perfección, no solo su enfado sino esos deseos de descargar sobre él alguna amonestación que se guarda.

Se mantiene firme e imperturbable cuando el francés reduce aún más la distancia entre ambos. No sabe si está dispuesto a golpearlo en realidad o no, pero no le preocupa si bien le asombra que una petición como la que Arkadei le formula sea tan mal tomada. ¿Acaso no es lógico que se preocupe por él? ¿Acaso no es entendible que no quiera vivir desde ese día en adelante temiendo el que Lucien cometa el error absurdo que pretende?

¿Es tan difícil de ver? Lucien no lo dejaría a él sacrificar su vida, ¿por qué espera que Arkadei simplemente lo acepte de brazos cruzados?

Su gesto es impasible al escuchar la cínica respuesta que le hace suponer que las palabras dichas no son sinceras: en el momento en que Lucien crea que todo está perdido se perderá él mismo en manos del ente asesino.

Arkadei no está dispuesto a permitirlo. Es su responsabilidad mantener seguros a todos los que habiten bajo su techo y eso incluye al que tiene en frente, le guste o no. Lo sienta como una ofensa contra su libertad o no.

Sabe que en ese punto no sirven más las palabras por lo que opta por una segunda opción, la única que le asegurará que su amigo permanecerá apartado del peligro; la misma opción que usó para que su pareja y su hermana estén dispuestas a ver primero por su seguridad y la de los que las rodean, así deban agotar la fuerza vital de Arkadei en caso de urgencia.

Esta segunda opción no necesita intermediarios o advertencias, simplemente toma la oportunidad que esa furia gris le ofrece al hallarse colgada sobre sus propias pupilas.

Los ojos dorados se encienden atrapando en ellos por segunda vez a Lucien.

—Jean Paul Lucien, no intentarás ponerte al alcance de la entidad que acosa al niño —dice con voz firme al momento que chasquea sus dedos. Está insertando en su mente una orden que Lucien no podrá desobedecer o borrar a menos que Arkadei la retire o muera—. Jean Paul Lucien, no intentarás ponerte al alcance de la entidad que ronda a Deliel —un nuevo chasquido—. Jean Paul Lucien, no intentarás leer en los recuerdos del monstruo que guarda al pequeño auror… —último chasquido.

El brillo dorado se apaga. La orden está dada. Solo ahora Arkadei podrá asegurar que Lucien obedecerá realmente.

No dice nada más, simplemente aguarda. Sabe que Lucien puede saber que ha usado su poder mental sobre él, que le ha insertado una orden y qué orden es esa.

Si antes detestó que lo coaccionara para obedecer, estaba casi seguro de que odiaría el que le robara toda posibilidad de actuar como deseaba.

por Rosa Caníbal Jue Mar 02, 2017 12:32 am

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De pronto se siente atado a su mirada incandescente, no es exacto a como cuando él le ofrece información a Arkadei a través de la mente, como acabó de suceder unos minutos atrás. En realidad estaba ineludiblemente atado a su mirada así quisiera desviar sus ojos. Hizo un gran esfuerzo, pero no pudo.

La boca de su amigo se abre y dice una frase como si fuera un hechizo, es un hechizo porque lo paraliza aún más, el sonido del chasquido de sus dedos entran a sus oídos como un látigo. Es una señal. La frase y la señal.

La frase y la señal.

Es un prisionero.

Cuando el enlace termina, su cuerpo tira un poco para atrás igual a que se hubiese liberado de un peso; pero vuele a su puesto, consternado. Ya no sabe qué sentir, si total enojo o total decepción. Se queda mirando a su amigo.

— ¿Te atreviste a hacerme esto a mí? —, empuñando sus manos. Ahora sí quiere golpearlo, aprieta los labios. Avanza los pasos que les separan y le pega un puño en el abdomen de Arkadei. Descarga su indignación.

Exhala aire.

El francés ha reflexionado mucho sobre los poderes de los aurores. En especial poderes síquicos como los de Arkadei o de persuasión. Se preguntaba si usarían sus habilidades para dominar a otros. Como siempre ha hecho el ser humano con poder. No se justifica lo que hizo ¿O acaso hay una base moral para lo que acabó de hacer Arkadei? Ya no sabe qué pensar, este mundo no es racional. Incluso él mismo se ha dejado llevar por la violencia, cuando lo ha considerado necesario al defenderse. Todo es simplemente absurdo. Se siente, ofendido.

por **Anfitrite** Jue Mar 02, 2017 3:29 am

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A pesar de haber previsto la consecuente reacción de Lucien, no estuvo preparado para la fuerza del golpe que le propinó.

El aire se fugó de sus pulmones antes de que su espalda chocara contra la estantería a la cual se hallaba cercano. Las piernas le flaquearon y entonces cayó al suelo a gatas. Su vista se volvió nublosa a causa de la intensidad del dolor que creció en su hígado. Le costaba respirar y a duras penas lograba sostenerse de sus cuatro miembros.

No intentó protegerse para evitar un siguiente ataque porque sabía que por muy molesto que el francés se encontrara, no volvería a golpearlo. No por el momento. Aquella acción había sido no más que una respuesta al ultraje que Arkadei había cometido sobre él y por ello no podría culparlo.

Sin embargo dolía. Dolía bastante. Cerró los ojos con fuerza pues sentía que todo le daba vueltas. Intentó respirar de nuevo. Intentó que su cabeza dejara de palpitar con furia para recordarle que la migraña de hace dos días aún no había cedido del todo.

Levantó la mano y buscó a tientas alguno de los entrepaños de la estantería cercana para buscar algún apoyo. Quería levantarse. No tanto porque ya se sentía lo suficientemente bien como para hacerlo sino porque su orgullo no estaba dispuesto a dejarlo ver como un muñeco frágil frente a los ojos de Lucien.

Intentó hacer acoplo de fuerza en sus piernas y tiró del entrepaño para ponerse de pie. Tembló sobre sus pies y tuvo que recargarse contra el estante mientras su mano derecha de agarraba el área impactada como si con eso pudiera apaciguar un poco el dolor.

Levantó los ojos para mirar a Lucien a través de la cortina borrosa que se había instalado frente a sus pupilas.

—N-no… —la voz se negó a salir de su garganta y por ello tuvo que tomarse un tiempo para forzar el oxígeno en sus pulmones. Luego lo volvió a intentar—: N-no voy a justificarme por… l-lo que hice… Volvería a hacerlo si… si así puedo mantenerte con vida… —A pesar de encontrarse en clara desventaja, su tono era de total desafío.

por Rosa Caníbal Sáb Mar 04, 2017 1:38 am

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No pensó que lo golpearía con tanta fuerza, pero es tanta su frustración, que sólo supo manifestarla de esta manera. Observa sin inmutarse cómo Arkadei trata de recuperar su respiración. Sin embargo aún puede sorprenderse, porque enarca las cejas cuando le confiesa que lo volvería a hacer. Luego, reflexiona que no debería sorprenderse, su amigo siempre ha tenido mucha determinación cuando se propone algo. Y por eso lo ha llegado a admirar. Pero ¿Por qué insiste en mantenerlo con vida de esta forma? Anulándolo. O ¿Es que acaso Arkadei igual no está arriesgando su propia vida?

Él haría todo lo posible por salvarle y ayudarle. Pero está consciente de que ambos corren riesgos pero no por eso lo limitaría a su amigo. Aunque le fuera terriblemente doloroso si muriera.

— Arkadei. Tú también estás arriesgando tu vida al querer enfrentarte a ese ser. Pero tienes opciones, en cambio tú me la quitaste ¿Qué se supone que haga? ¿ser un espectador? Lo que me hiciste…

Desvía la mirada.

— Lo que me hiciste es peor que morir — vuelve los ojos grises con enojo —. Parece que no me ves como alguien a la par tuyo. No como tu amigo, sino una especie de vasallo y te crees con el poder de decidir por los demás. El adalid debería ser un líder, no una especie de tirano aprovechando su poder.

Le brotan todas esas palabras de su boca con amargura. Y sabe en el fondo que con ellas lo hirió también. Pero si Arkadei le viese simplemente como su peón, le usaría precisamente como carne de cañón para que muriese. Lucién se pasa la mano por la frente como deseando despejar esos sentimientos que le nublan su raciocinio.

Suspira. La mano que estaba en su frente se descuelga a un lado de su cuerpo.

— No te entiendo. No quieres que muera, pero eres arbitrario para impedirlo ¿Por qué?

por **Anfitrite** Sáb Mar 04, 2017 10:26 am

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—Porque no deseo que mueras aunque sientas que ya te he matado con lo que te hice —le contesta con el mismo tono que hace unos momentos, desafiante, orgulloso a pesar de que aún no es capaz de apartar su espalda del librero contra el que se sostiene—. Porque quizá no puedo ser lo que fue Henning y sin embargo es todo lo que a ti y a los demás aurores les queda por Adalid: un tirano —dijo dibujando en sus labios una mueca de desprecio.

Porque despreciaba ser un auror. Porque despreciaba ser un maldito Adalid.

—Y sobre todo, porque a pesar de que en algún momento seré yo quien deba enfrentarse a ese ser, aún así estoy pensando únicamente en mí… —Esta vez sus ojos se ensombrecieron y su voz sonó amarga—. No estoy dispuesto a cargar con ninguna muerte más…

por Rosa Caníbal Miér Mar 08, 2017 12:05 am

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Y entiende a la perfección a qué se refiere. Igual lo confirma en esos ojos velados por la culpa y no puede evitar sentir tristeza porque también extraña a su gran amigo quien le salvó la vida. Y eso nunca, nunca lo olvidará. Pero también siente compasión por Arkadei. No obstante sigue enojado por lo que le hizo. Y así se mezcla la compasión a un punto que llega a comprenderlo. Se pregunta si haría lo mismo estando en su situación.

Con esa clase de poder…

Niega con la cabeza.

Y se le queda observando, A Arkadei y su actitud prepotente y al mismo tiempo vulnerable. Esa misma actitud que lo confunde sobremanera, porque quisiera golpearlo, seguir enojado con él y al mismo tiempo quisiera…

Quisiera…

Sus ojos se pasean de la mirada oscura por sus sentimientos, a esos labios sonrosados y curvados de amargura, al golpe en la frente que trata de simular con sus negros cabellos. Se acerca con pasos seguros y se detiene a unos centímetros, de nuevo. Su mirada sigue siendo dura. Esta vez sí le da un coscorrón como de un niño se tratase.

— Eres un tonto. Eres un niño tonto. Todo se basa a un capricho tuyo y tu solución es sacrificarte ¿Qué pasará con los jóvenes aurores? Ellos necesitan de ti.

por **Anfitrite** Miér Mar 08, 2017 4:02 am

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Lo observa atentamente. Sigue el sendero que recorren sus ojos grisáceos y no tiene que valerse demasiado en su lazo mental para entender lo que Lucien está sintiendo. Lo sabe molesto y confundido…

Contiene la respiración cuando advierte su primer impulso, impulso que es reprimido y cambiado por otro.

Cierra los ojos al ver su puño abalanzarse hacia él y recaer sobre el golpe que ya tenía en la frente. El dolor que cargaba no hace sino aumentar. Sus sienes, que ya palpitaban con insistencia, lo hacen ahora con intensidad, no solo por el ridículo golpe que no era necesario sino porque su corazón late con mayor fuerza al sentirse desvalorizado, porque lo trata como a un tonto… porque lejos de reclamarle como a un hombre lo rebaja a un niño…

Un niño por el que siente compasión… Ese sentimiento que tanto odia cuando es dirigido hacia él…

Habría preferido que lo detestara…

Le lanza una mirada opaca, libre de emoción porque no sabe qué sentir. Se aparta del librero y camina hacia el sofá donde había dejado la bolsa con la prenda de Deliel.

—¿Acaso te escuchas…? Me acusas de ser un niño tonto pero de los dos eres tú quien actúa y habla como si fuera uno… —dice con tono plúmbeo. Toma sus gafas oscuras y se las coloca frente a los ojos. Las necesitaba más ahora que a su cabeza retornaba la migraña—. No pienso ir a entregarme a manos del ente, voy a trazar una estrategia y encontraré la manera de vencerla. Ahora puedo hacerlo sin temer a cada minuto que cometerás un disparate…

Lo decía con convicción pero no estaba seguro de nada. En el fondo presentía que para que el monstruo desapareciera, también tendría que desaparecer él.

Al menos Lucien no tenía que seguir su mismo camino.

Toma la bolsa y da media vuelta para marcharse del salón. Quizá no era lo más adecuado pero la intensa luz que entraba por los ventanales lo lastimaba, y después de todo, no tenían nada más que decirse.

por Rosa Caníbal Sáb Mar 11, 2017 4:09 am

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Lo que dice Arkadei es absurdo para Lucién ¿Qué él es el niño? ¿Qué por eso lo contuvo para poder hacer tranquilo su trabajo?

¿Pero qué? ¿Acaso se convirtió en una clase de estorbo?

Y pretende con esa actitud aburrida dar por terminada la discusión. Entonces otra vez acorta la distancia con pasos largos,seguros. Lo toma rápidamente del brazo, lo gira y lo acerca a hacia él.

— Espera un momento, Arkadei — masculla — ¿Qué no te dije hace un momento, precisamente que había que hacer un plan antes de atacar? ¿No te dije que compartieras tu plan conmigo? Eres tú quien te quieres lanzar solo al monstruo eso sí es un acto suicida. Pero te confieso que daría mi vida por ti…por…los demás como última herramienta, pero no imponiéndome sobre tu plan.

Le observa, quiere traspasar con su mirada la dorada oculta en esos lentes oscuros.

por **Anfitrite** Sáb Mar 11, 2017 4:45 am

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A través de sus gafas oscuras, miró con desdén el brazo que lo sujetaba y luego a Lucien. Aspiró hondamente porque aún si Lucien pudiera perder los estribos con justa razón, era Arkadei quien debía mantenerse sereno.

—Aún estoy por trazar el plan, por eso vine buscando tu ayuda —le dijo mostrándole la bolsa que poseía la ropa del niño—. Sí, Lucien, necesito tu ayuda al igual que la del resto de aurores, eso no te lo discuto. Pero entiende que un plan que requiera sacrificar una vida no es un camino viable. Jamás será un camino viable y siempre me opondré a ello así deba ir por ahí manipulando mentalmente a todos.

por Rosa Caníbal Dom Mar 12, 2017 3:04 am

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Lucién le mira con desconcierto, esta vez pone sus manos sobre los hombros de Arkadei —. Pero… ¿acaso no te acabé de decir que…? —, farfulla su frustración en su idioma — En realidad ¡Olvídalo! ¿Crees que manipulando con tu poder a los demás haces el bien? ¿En qué moral te estás basando? ¿Lo haces para no sentirte triste o culpable? Ten cuidado, me parece que lo estás usando a la ligera sobre los demás. Tienes un gran poder el cual debes responsabilizarte.

Lo suelta.

— Hace un momento te dije que estabas siendo un tirano, por lo que hiciste. Me había arrepentido en decirlo porque fue hiriente. Pero tras escucharte, en querer manipular, Arkadei, así se empieza y se te podría ir de las manos.

De pronto su cuerpo parece relajarse — Sabes cómo me altera el abuso de poder ¿Quieres convertirte en alguien así?

por **Anfitrite** Dom Mar 12, 2017 3:45 am

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Torció una sonrisa cínica. ¿De verdad Lucien pensaba que a él le preocupaba la moralidad cuando intentaba que no murieran más personas? Ni siquiera tenía sentido moral cuando se trataba de realizar su trabajo como abogado, menos lo tendría cuando la vida de los que estaban bajo su cuidado era amenazada.

—Lucien… —empezó a decir con lentitud—. Aquí no se trata de lo que es éticamente correcto o no, se trata de salvar vidas. ¿Hago mal en imponerme de esta forma? Seguramente, pero esto no es una democracia. Yo no pedí ser Adalid ni ustedes pueden quitarme el puesto como seguramente querrían hacerlo —hablaba con tono sereno—. Te pedí amablemente que no intentaras leer al ente bajo ninguna circunstancia y te rehusaste. Insististe en hacerlo si no había otra salida. ¿Qué otra opción me dejaste…?

por Rosa Caníbal Lun Mar 13, 2017 2:56 am

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Sí, ya me di cuenta que esto no es una democracia —. Lo dice en tono amargo y una sonrisa lo acompaña –. Pero harías lo mismo que yo, correrías a la muerte si el plan no funcionara. Entonces ¿Por qué tomas mi actitud como loca y suicida? Tú eres el Adalid, ya lo has dicho. Y por eso eres el responsable de los aurores ¿Por qué tengo que repetírtelo? Es un riesgo menor mi muerte a la tuya. Aunque ¿Qué puedo decir, hacer o pensar? Si esto no es una democracia y me estoy convirtiendo en lo que más odio y tú podrías convertirte en lo que más detesto.

Dice eso con desazón.

— Moral, todo el mundo la pisotea creyendo que es un impedimento para hacer lo correcto. Pero todo lo que se hace sin ella, no es correcto. Eso que hiciste fue por capricho, por llevarte un punto. Lo que hiciste fue entrometerte en el pensamiento de una persona y anularla.

Suspira.

Supongo que has ganado —, le mira con un dejo de decepción y enojo latente —. Lo que al menos puedo hacer es llevarme a mi perro a un lugar más seguro, antes que el ente despierte y lo devore —. Inclina la cabeza despidiéndose, le da espalda a Arkadei y se aleja pero antes de irse del todo, mira de soslayo y dice —. Igual volveré.

Lleva las manos a los bolsillos de su suéter y se retira.

por **Anfitrite** Miér Mar 15, 2017 2:31 am

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Se quedó callado escuchando a todo lo que Lucien decía. Tenía una manía de hablar de tantas cosas al mismo tiempo que nuevamente Arkadei se preguntó si acaso deseaba que le respondiera a todos esos temas a la vez como si se tratara de un soliloquio o si simplemente hablaba para sí mismo. Quizá solamente se estaba desahogando y en realidad no le interesaba lo que Arkadei pudiera decir en cada caso…

No le extrañaría dado que era obvio que estaba molesto y Arkadei no se preocupó en conciliar su desacuerdo: en un asunto como ese sería muy difícil que alguien comprendiera su punto de vista… No sabían lo que sentía… Lucien no lo entendía o habría evitado decir que se llevaría a su perro por temor a que fuera devorado por el monstruo… Creía a Arkadei tan estúpido e incompetente como para permitir que el ente tuviera la oportunidad de dañar a cualquiera de los animales del Instituto o incluso a las personas…

Quería pensar que había dicho eso con el único fin de herirlo pero sabía que no era así… ¿Por qué lo sería…? ¿Quién confiaba realmente en él…?

—Lucien… —dijo antes de que el francés abandonara la habitación—, después de que te lleves a Farfán quiero que viajes a la India, al sitio donde hallamos al niño —sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón y le mandó la ubicación GPS del lugar exacto—. Sigue el rastro hasta que des con el lugar en donde lo tenían a él y a su madre cautivos. Una vez que lo encuentres, averigua quiénes son sus familiares. Sospecho que ella fue secuestrada por tratantes de blancas cuando aún estaba embarazada del niño… —guardó el teléfono y se acercó a Lucen para entregarle la bolsa con la prenda del niño por si necesitaba "ver" de nuevo la información en ella.

por Rosa Caníbal Dom Mar 19, 2017 4:19 am

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Escucha la voz de Arkadei que le llama por su nombre. Lucién gira lentamente y le observa en silencio. Se pregunta qué podrá querer ahora. Lo mira con suspicacia.

Tras escuchar su petición no puede negar que se sorprende un poco, solo porque en el fondo Lucién deseaba algo así después de ver esas terribles imágenes de ese ser maltratando ese pequeño. Quiso desde ese momento ayudarlo de alguna manera. Y la idea de ir hasta allá le parece muy buena.
E incluso así tal vez…

Observa la sudadera en las manos de Arkadei y luego sus ojos se dirigen a su joven rostro. Asiente con la cabeza, con cuidado toma la prenda previendo no ver más imágenes que no quiere ver en este momento. Esa es su respuesta, por su puesto que irá. Porque espera encontrar una respuesta que los pueda ayudar a todos.

No sabe ahora si es por orgullo, pero tiene un gran sinsabor y es que no quiere quedarse de brazos cruzados, tal vez no de la manera esperada pero a lo mejor encuentra la respuesta que busca a la solución.

Entonces esta vez da media vuelta y se aleja del joven ruso.

por **Anfitrite** Mar Mar 21, 2017 2:25 am

09. Salón de Música (ACI) MASTER-Cabecera_zpsi1wv1hau

Estás en India. La ubicación que Arkadei te dio te ha llevado a internarte en un vertedero de basura. La pestilencia en el ambiente es capaz de hacer llorar los ojos y por donde quiera que mires hay altos montículos de basura.

Puedes reconocer el lugar porque lo has visto en los recuerdos que había en la prenda que era del niño. Si te basas en esas imágenes, puedes saber cuál era el sitio donde él solía dormir: cerca de una alta muralla de concreto, en uno de los tubos que yacen en su base y que sirven como desagüe.

Ahora que tienes un sitio a partir del cual iniciar tu búsqueda, no te es muy difícil guiarte por los recuerdos de la prenda hasta que poco a poco vas saliendo del vertedero. Muerte tras muerte, puedes seguir el trayecto que el niño recorrió mientras huía presa del pánico y la persecución.

El sendero te lleva por caminos agrestes y desolados. En tu recorrido ves símbolos religiosos pintados en rocas, muros derruidos, el suelo y en casi cualquier superficie donde sea posible trazar alguno. Podrían hacerte pensar que la gente tenía miedo de algo. Si tocas alguno de esos símbolos te darás cuenta que fueron hechos en un intento infructuoso por defenderse del ente que acompaña al niño.

Unos cincuenta kilómetros al oeste llegas a las afueras de Anjaw, a una edificación abandonada de dos pisos. Fuera hay un cártel que dice "motel". Has llegado al sitio correcto, era ahí donde la madre y el niño eran prostituidos. No hay caminos oficiales que lleven a este ese lugar, a todas luces es un sitio clandestino.

En los recuerdos el lugar estaba repleto de chicas confinadas, obligadas a vender su cuerpo a hombres que pagaban una miseria a sus captores por cada hora que podían pasar con ellas, pero en ese momento el sitio está completamente solo y casi en ruinas, sin embargo, por la disposición de las pertenencias y muebles, pareciera que de pronto la gente se desvaneció en el aire.

09. Salón de Música (ACI) Anfitrite-firma3

por Rosa Caníbal Mar Mar 28, 2017 5:21 am

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El viaje hasta la India fue largo, nada más fui al hotel a descargar mi equipaje para quedar libre de carga para mi exploración. Sólo me traje conmigo la prenda del niño y un arma blanca por si acaso. Salí inmediatamente de allí.

Cuando llegué al lugar señalado por Arkadei me fue imposible no pensar que el lugar era deprimente. Me pregunto cómo esta inocente criatura pudo sobrevivir en este asqueroso lugar, con su basura y el hedor. El sitio donde dormía él cuando estaba solo, lleno de podrida humedad.

Entre mis manos tengo la ropa del pequeño, la aprieto y sus memorias me llevan a un camino tosco, camino que usó el niño para huir de aquellos que querían lastimarlo; se hirió mucho al tratar de escapar. Su fragilidad me conmueve, solo sin su madre. Realizo el mismo recorrido pero en sentido contrario, voy al lugar a donde tenían a él y a su madre cautivos. En ese recorrido puedo sentir, en realidad puedo ver lo que él vio. Puedo ver, incluso en esas marcas de las paredes que dejaron los pueblerinos, el miedo que sentían hacia el niño y al ente que le acompaña.

Llego a una colina donde finalmente puedo observar el lugar de cautiverio de la mujer y su bebé. Es un motel. Cuando finalmente arribo resulta que está abandonado. A veces las casas, solo a veces, con tan solo entrar en ellas me muestran cosas. Pero esta vez la sensación es más fuerte, me asalta sin avisarme queriendo mostrar todos sus recuerdos a la vez, es confuso.

No, basta. Sólo quiero ver de a un recuerdo a la vez, le digo a la casa o a mí mismo. Esta casa tiene una inusual carga. Demasiado fuerte ¿Demasiados recuerdos atroces? ¿El ente es tan poderoso? Tal vez, tal vez hizo de las suyas aquí. Tal vez son todos estos hechos.

Me sostengo en el marco de la puerta. Esta vez me llega algo claro, un desagradable sinsabor se instala a la boca de mi estómago, porque las memorias me cuentan lo que hacían aquí, con la madre y con otras jóvenes.

Ahora mi asco es hacia la humanidad.

Abandono la entrada para seguir recorriendo el edificio, aún estoy intrigado con los residentes de este sitio y no hayan dejado rastro más que sus pertenencias. ¿Por qué no se las llevaron consigo?

Es extraño.

¿Qué habrá pasado con ellos? ¿Acaso tuvo que ver ese monstruo?

Encuentro un corredor, en el fondo hay una estrecha puerta entre abierta. Me acerco, está en mal estado y la oxidada aldaba esta hacia afuera, eso indica que encerraban a alguien aquí. Estiro mi mano hacia la madera y fue suficiente para darme cuenta de que aquí tenían encerrada a la madre del niño; en este lugar le hacían cosas aberrantes, inhumanas. Tengo ganas de vomitar y aún así entro. Noto que ya está oscureciendo y la luz de la tarde entra por una ventanita, excesivamente pequeña que en se encuentra a lo alto. Hay polvo flotando. Doy un rodeo al pequeño lugar con mis ojos. En el suelo, veo un viejo cepillo para el cabello, lo tomo y así como suavemente llegan los rayos del sol, los recuerdos me cuentan sobre la joven y hermosa mujer. Era turca, su nombre era Çetin Elif. Hizo labor de parto cuando el sol estaba en toda la mitad del cielo. Parió a su hijo completamente sola, en esta pequeña habitación. El cuadro es doloroso pero al mismo tiempo es valiente, esta joven conservaba la esperanza a pesar de todo.

Al niño lo llamaba Kadri. Amó a ese niño con todo su corazón. Esos recuerdos son como si fueran los míos cuando era niño y mi madre me amaba con esa misma intensidad. Son tan reales que podría tocar esos cabellos mientras ella abraza al bebé. Pero sé que no esta ahí, sólo estoy yo.

Debo dejar esas memorias atrás y enfocarme en las del monstruo. Dejo el cepillo y la ropa del niño a un lado. Creo que la habitación podría darme más, toco la madera de la cama, esta vez puedo percibir algo sobre ese ser, Descubro que también nació aquí justo después que la madre fuera asesinada. Aquí mató a ese hombre, lamentablemente no me da indicaciones de cómo escapó el niño, ni qué pasó con los demás que habitaban este lugar. Y lo principal, alguna pista sobre su debilidad. Es necesario saberlo para poder vencerla sin necesidad que Arkadei haga algo como sacrificar su vida, es lo que temo. Puedo llegar a una conclusión pero no es suficiente.

Tal vez si busco en otro lugar pueda encontrar algo que me de pistas. Fuera de la habitación, decido a dónde ir, pero es como si la misma casa quisiera decirme algo más y no lo capto, aún. Tal vez si yo… tocara esta vez…camino al tiempo que palpo las paredes.

“Si las paredes hablaran”, dicen. Si supieran que puede ser literal. Esta casa en realidad tiene mucha carga síquica. Las imágenes son confusas, rápidas. Son las mujeres saliendo de sus habitaciones, asustadas, confundidas, aliviadas, se decían entre sí que eran libres. Libres al fin. No se lo podían creer. Pero también hay flashes de otras imágenes que se cruzan con estas al mismo tiempo, no sé si estos últimos recuerdos sucedieron antes o después. Son unos hombres que salen de mala gana de las habitaciones de las jóvenes. Y creo que ellos eran los “clientes”.

No entiendo porqué salen de ese modo.

En cambio aparecen otras imágenes de unos hombres que sí tienen miedo a algo.

¿Será del monstruo?

Sigo caminando y las paredes quieren mostrar algo más porque ahora estoy en el patio trasero. Mi poder no es síquico, ni telepático, tampoco puedo ver el futuro, sólo el pasado. Mi instinto me dice que algo pasó aquí. Mis años de experiencia con mi habilidad con los objetos y los recuerdos me lo dice.

El patio luce removido, como si una retro excavadora hubiese movido la tierra y vuelto poner a su sitio. Suspiro. Me agacho, observo la tierra. Mis dedos palpan y las imágenes son más violentas y fugaces. Hombres retorcidos, aterrados, forzados, torturados, ensangrentados. Gritan. Hombres muy malos con verdadero terror.

Hombres enterrados en vida, en este mismo suelo.

¿Acaso fue ella?

No, esta vez una alta figura aparece. Es otro hombre muy elegante, lleno de furia en sus ojos dorados. Esos ojos que yo conozco que yo conozco bien. Retiro mi mano del suelo como si me quemara. No, no. No puede ser él. ¿Tomarse la justicia por su propia mano? Un nudo se me forma en el pecho ¿Abusa así de su poder? Sé que estos hombres eran despreciables, incluso sentí asco por ellos. Pero él no puede hacer esta clase de cosas sólo porque puede. No puede estar controlando la mente de otros para que no hagan cosas que no quiere. No debería estar matando creyéndose juez y jurado. ¿Será así con su poder siempre? Y no es que lamente las muertes de estos hombres, en realidad quien me preocupa es Arkadei.

Me levanto.

Puede parecer confuso no siento compasión por ellos, lo que hicieron fue abominable pero no justifico sus muertes así, por la mano de Arkadei. Pero debo hacer un esfuerzo y despejar mi mente, no pensar sobre él. La información que vine a buscar era sobre, el niño, la madre y el monstruo. Al menos obtuve sus nombres, con ello tal vez podamos saber si Kadri tiene más familia. Aunque hubiese también querido averiguar si el monstruo puede ser vencido.

Anochece. Creo que debería irme antes que oscurezca del todo. Es posible que ahora viendo esto abandonado, otra clase personas vengan en las noches. Y debo evitar ser visto.

Doy un último vistazo al patio. La tumba de esos malhechores.

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