11. Dión: Sueño Interrumpido.

Se quedó callada unos segundos.

—No pasó nada que haga que alguien se sonroje— respondió con tono neutro.

Negó con la cabeza y se arrodilló frente a ella para poder abrazarla.

—Monstruo sería si dejara que Deliel muriera, monstruo sería si no se hubiera detenido y te hubiera drenado por completo… Sladya, Arkadei no está bien, ya está en un punto muy grave pero no es un monstruo— dijo segura y determinada. —Pero a pesar de todo nos sigue protegiendo. Si ha hecho todo esto, cosas que antes no había hecho, no es porque así lo deseara, es porque cree que es lo que tiene que hacer, fue orillado a tener que hacerlo así… No encuentra otra salida…

Intentaba tranquilizarla pero también hacerle ver las cosas desde otro punto de vista. Uno que no terminara en rencor y odio, uno que no le hiciera terminar de perder a su hermano y comenzar a perder a su hermana.

Miró por última vez a su hija y cerró la puerta después de salir.

Gherard estaba tardando y eso le preocupó pero aunque hubiera querido preocuparse más por eso, no pudo. Le afectaba más lo que había pasado entre su esposo y Arkadei.

Las cosas no podían seguir así. Alejandro y Arkadei no podían estar cerca ya.

Pensó en la posible ruptura que abría entre Arkadei y Desirée y si tenía que ver el lado positivo, el único que encontraba era que así ellos dos ya no volverían a encontrarse.

Estaba decepcionada de su esposo y aunque entendía por qué reaccionaba así, no lo aceptaba.

Se sentó en el sillón más cercano a la puerta de Desirée y descansó su codo en el bazo del sofá y su frente en su muñeca, cerró los ojos y resopló.

Le era ya imposible poder mantener el buen humor que hasta entonces había intentado mantener.

—No lo sé…— confesó. —Eso es lo que he intentado saber desde hace tiempo…

Volteó a ver a Deliel ahora que no escuchaba que se estuviera moviendo. Lo vio quietecito y llorando entre los dos osos que lo miraban sin saber qué hacer.

—¿Cómo se puede sustituir la fuente de energía que necesitas para sobrevivir? La nuestra es la comida, si no pudiéramos consumirla ¿con qué la sustituiríamos?— preguntó a su hermana separándose de ella y poniéndose de pie.

Le sonrió ligeramente y la miró con claro gesto apagado. Se acercó a Deliel y lo cargó.

—No pasa nada, ángel, no hay por qué llorar, estabas muy bien explorando este lugar junto a tus amiguitos osos— le dijo limpiando su carita para luego abrazarlo y apoyar sus labios sobre su cabeza.

Los osos la miraban con atención y con ese gesto supuso que Gherard los había programado para "aprender" lo que no supieran hacer conforme se presentaban distintas situaciones.

—¿Cómo desviarías la energía negativa que surge de Deliel y de la cual nacen espectros que están más emparentados con los demonios que con los fantasmas? ¿Cómo evitas que se formen? ¿cómo los destruyes? ¿cómo los ensierras? Todas esas preguntas han rondado mi cabeza desde que conocí a Deliel— dijo a su hermana mientras mecía a Deliel y frotaba su espalda. —¿Cómo evitas que Deliel no alimente todo eso cuando ha vivido en el infierno desde que nació…?

Se le anudó la voz y por ello tuvo que callarse. Caminó por toda la oficina intentando calmar a Deliel.

—Si hubiera forma de crearla la haría… Pero fuera de drogas, no conozco nada que pueda lograr un efecto como ese— dijo sin dejar de caminar ni mecer a Deliel. —Quizás si se bloquearan esos recuerdos… si se nublaran de alguna forma o se hicieran pasar por recuerdos de pesadillas en lugar de recuerdos vivenciales…— dijo pensativa.

—Y si no hacemos nada Arkdei podría morir y enseguida le seguiríamos alguno de nosotros si el espectro vuelve, podríamos ser cualquiera de nosotros o Deliel— dijo aún pensativa.

—Es casi seguro que haya encontrado la manera de controlarlo— volteó a verla. —Siempre se las ha arreglado para lidiar con todo lo que se le presenta pero… Ya lo has visto, ¿y si lo que tiene que hacer para controlar el factor de Deliel lo termina de convertir en ese monstruo que no es?

—La vacuna en si es un riesgo, por si misma es capaz de hacer mucho daño si no es bien aplicada— dijo sin poder evitar recordar a Dión y la caja donde llevaba la vacuna.

Le preocupaba, le angustiaba y tenía miedo por él.

—No se ha podido desarrollar otra que sea menos peligrosa y menos dolorosa— siguió hablando. —Es más sencillo que viva de ella… pero someterlo a ese dolor cada tres días… Si las cosas no se solucionan ya, eso tendremos que hacer, arriesgarnos y ponerle una tercera vacuna…

La miró confundida.

—¿Quitar? ¿Cómo?— preguntó intrigada. No entendía pero sonaba a que podía ser una buena idea dado que ambos factores: el de Deliel y el de Dión, eran muy raros y muy absolutos.

Algo podría hacerse si usaban un factor contra el otro…

Escuchó con atención y trató de seguir la idea.

—Le mostré a Dión unos símbolos usados para protección, traté de convencerlo de que si creía en ellos, éstos podrían protegerlo… Pero no lo entendió así y en lugar de eso creyó que los símbolos sólo servían para protegerme a mi. Los usó para curarme— dijo con tono pausado, pensativo.

Se acercó a su hermana y se sentó en la orilla del escritorio frente a Sladya y acomodó a Deliel de forma que pudiera ver también a Sladya.

—Puede ser… Sí, en teoría tendría que pasar eso. Si el factor está tan ligado a nosotros, entonces debería sufrir las mismas consecuencias que el cuerpo…— dijo pensativa. —El problema es que Dión no tiene ningún control sobre sus sueños, menos sobre su factor. Está tan sometido por su inconsciente que no puede crear nada además de amenazas que quieran terminar con su vida…

Sonrió entre divertida pero también apenada e incómoda.

—No necesito usar la habilidad de Arkadei para saber lo que pensaste y no quieres decirme— dijo inclinándose hacia ella para ver si Deliel quería irse con Sladya un momento o deseaba quedarse con ella. —¿Sería tan malo llegar a un acuerdo con Dión para ayudarnos? Después de todo estarían saliendo beneficiadas muchas personas y él podría encontrar la razón que necesita para darse una oportunidad de seguir viviendo. Ya lo había pensado antes y no es porque esté desesperada por tener una relación con él, creo tener mas integridad y dignidad que aquellas chicas con las que seguro me comparan Arkadei y tu.

Abrazó a Deliel y lo acogió contra ella pero buscó alcanzar sus frente y mejillas que llenó de besos.

—Lo siento, lo siento, guapo— dijo con tono suave. —No pasa nada, no es contra ti, ángel— dijo meciéndolo. —Sé que no es algo simple, cada día lo veo con la unión que hay entre Arkadei y Desirée, si crees que no sé de lo que hablo ya es asunto tuyo pero no es un tema que me tome a la ligera. Sé que esas uniones son tan raras como raro es que dos estrellas fugaces se unan en el cielo.

Se puso de pie y rodeó el escritorio para comenzar a caminar de nuevo por toda la oficina.

—Pero para mi esa es una opción bastante viable, una opción que no puedo descartar solo porque sí. Quién sabe, podría funcionar o podría no funcionar. Sea como sea no es algo que planee hacer pasando por sobre Dión sin tener en cuenta lo que piensa, cree y siente.

—Si todo eso no se alinea de forma adecuada, aunque me entregue de todas formas no servirá y no estoy dispuesta a convertirme en una más. Si todo se ajusta y hay armonía entre lo que el y yo sentimos, entonces sólo habrá ganancias. Y si tengo la suerte de poder alcanzar esa unión, lo que menos permitiré será que alguien o algo la rompa— dijo hundiendo sus dedos en el cabello de Deliel para hacerle mimos. —Yo no soy alguien ocasional, tampoco alguien que pueda ser sustituida, soy invaluable como invaluable es quien me respete y valore.

—Las extraña— dijo mientras se sentaba en uno de los sofás para dejar que los osos metieran el hocico entre los bracitos de Deliel, paecían querer interactuar con él ahora que estaba llorando, y si estaban aprendiendo, tenían que trata con Deliel en ese estado. —Necesita un baño, también comer y dormir pero me preocupa que duerma, suele tener pesadillas y eso también afectará a Arkadei. ¿Sabes cómo podría evitar tener pesadillas? ¿Algo que lo relaje y no lo deje tenerlas?— preguntó a su hermana desde donde estaba.

Si había una solución o alternativa serviría también para Dión… Quizás…

—¿Lo llevamos con Desirée? Seguro estará Alejandro con ella y Arkadei quizás también— dijo mientras volví a abrazar a Deliel.