10. Elsa: Reclutamiento.

Elsa caminaba nervioso al salir de sus prácticas. Se dirigía a casa pensativo. La situación era desesperante, y cada vez tenía menos posibilidades. Su familia ya sabía de su situación, y era difícil ocultarla. No sabían hasta cuándo seguirían así, pero ahí estaban.

Elsa miraba el móvil intentando buscar un momento de paz, escribiendo a su hermana qué tal le había ido el día.

Un hombre vestido elegantemente detuvo a Elsa. Era extranjero, pero no sabría decir de donde. Llevaba un teléfono en sus manos y había pedido a Elsa hablar. Elsa estaba totalmente en desacuerdo, creyendo que sería por su poder. Pero sabía que tenía que hacerlo. Miró a su alrededor unos segundos, buscando la forma de huir en el caso que tuviera que hacerlo, y miró al extraño. -Oh, claro...¿Qué sucede?

Arkadei Vlak. Ese era el nombre del hombre que estaba hablando con Elsa, y el que ponía en la targeta que el chico aceptó. Y más que su nombre, hubo dos cosas que llamaron más la atención para Elsa. La primera, el idioma. Aprendió gaélico en el orfanato, y durante unos años. ¡¡Era su lengua natal!!


Pero la cosa que más nervioso puso a Elsa fue que Arkadei 'era un auror', y sabía que Elsa lo era. Rápidamente pensó en que podría ser un policía. Él había leído. ¡¡Sabía que los aurores corrían peligro!! -¿Auror?-Preguntó Elsa, respondiendo en gaélico. -¿Cuál es tu factor áureo? Y...¿Cómo afirmas que...? ¿Que yo lo soy?-Dijo aquello en forma de murmullos. No había hablado con nadie más que con su familia respecto a eso, y no estaba nada seguro de estar haciéndolo bien confesándolo a aquel desconocido. Y de hecho, comenzaba a arrepentirse. Temía por su familia.

Tenía sentido. Tenía mucho sentido que el factor áureo de Arkadeik era conocer a otros con el factor áureo. Pero no parecía una mala persona ese hombre. Si fingía, lo hacía bien. Incluso daban ganas de creerse sus palabras. Elsa bajó la cabeza, pensativo. ¿Conoces alguna forma de pararlo? O... ¿De controlarlo? Antes de herir a alguien que ame...

El hombre ofrecía ayuda a Elsa. Ayuda para controlar a sus poderes...Sonaba bien. Demasiado. Tenía miedo de confiar en la persona equivocada. Y cuando señaló la cafetería para poder conversar tranquilamente, Elsa dudó unos instantes. Por otro lado, era un lugar público...¿Y qué más opciones tenía? Vivir escondido no podía ser a largo plazo. -Está bien. Sólo deje que avise a mi hermana de que llegaré tarde y no se preocupe, por favor...-Hizo aquello, indicando el lugar al que iría con el hombre. -Gracias por ayudarme, supongo. Vayamos a la cafetería...

Elsa dejó escapar una pequeña sonrisa y una mirada de ilusión cuando dijo que podría manejar su habilidad curativa. ¡¡Sería capaz de hacer milagros con eso!! Pero por desgracia, el sitio estaba lejos, y tendría que estar allí durante dos años. En concreto, se encontraba en Inglaterra, y allí tendría que ir. ¡¡Eso significaba dejar de lado a su familia!! Y no sólo eso. Dejaría de lado su vida normal. Casi sonaba como una trampa. Eso también influenciaba a Elsa, pero como cada vez sonaba más interesado pensó en seguir conversando. Tomó otro sorbo de su refresco.A pesar de que seguía teniendo miedo.-L-la verdad es que sí me gustaría ayudar a la gente con mi don, por algo soy estudiante de auxiliar, ¿no? Jejeje...-Rió ligeramente nervioso. -Sería genial poder curar a todo el mundo... O al menos no hacerles daño siendo auror. ¿Qué se supone que debo yo si acepto ir? ¿Puedo avisar a mi familia de esto? Ellos saben que soy auror...

Arkadei sonaba convincente. ¡¡Muy convincente!! Le dio direcciones, contactos e incluso referencias en internet. El chico comenzaba a confiar más en el hombre, pero no podía evitarlo. ¡Parecía que a cada duda que tenía, el hombre tenía una respuesta válida! -¡Gracias! Eso es genial, pero...¿No es arriesgado publicar algo así?-Preguntó por pura curiosidad. Dio un último sorbo a su refresco, para hablar más adelante. -Y en serio que es genial...¿Hay personas que se hayan graduado ya en ese lugar? Ya sabe, que controlen su factor áureo.

Elsa se sorprendió por aquello último. ¿El anterior instituto cerró? -Es que...¿Os descubrieron?-Miró al hombre con curiosidad. Y esperando que aquel sitio al que se suponía que iba no acabara igual.

Un accidente que sufrió el auror que dirigía el lugar...Tal vez fuera por culpa de algún auror. Al fin y al cabo, aquello era algo imposible de controlar al cien por cien...¿No? O tal vez no tomaron las medidas de seguridad adecuadas. ¡Pero porque no sabrían exactamente qué medidas tomar! -Muchas gracias por ofrecerme esto...Realmente la situación se está haciendo insostenible. E irá a peor si no aprendo a controlarme, ¿verdad?

Elsa miró con dolor al hombre. ¿Todavía quedaba una fase peor? Él se lo creía, ¡¡eso podía verse en cualquier lado!! Se sentía mal por no poder controlar su poder, y fue ahí cuando decidió aceptar la ayuda del hombre. Si eso iba a ir a peor, por lo menos quería probar una última opción, antes de herir a alguien importante. Si todo ''se complicaba'', esas raíces podría matar a alguien. Y eso era algo serio. -Vale...Si me ayudará a mi y al resto, acepto ir a ese lugar...Confío su ayuda y en ese sitio.-Sonrío ligeramente y bajó la cabeza un segundo, para volver a mirar al hombre. -¿Qué debo hacer ahora?

Elsa asintió contento. -¡Claro! No sólo estudio enfermería, sino que si aprendo a controlar mi don...Será muy útil para muchísima gente.-Dijo fantaseando sobre las distintas posibilidades. Incluso...Si él aprendía a controlarse....¿Podría ser la cura para todas las enfermedades? Tenía miedo aún de que todo fuera una trampa. Pero quería creer que no. Quería creer que estaba decidiendo lo correcto. Arkadei no parecía mal hombre, y había respondido a prácticamente casi todas sus preguntas.

Elsa sonrió cuando el hombre afirmó que su poder era uno de los mejores. Se sintió especial por unos segundos, pero no en un mal sentido, como había estado sintiéndose durante meses.

De repente, reaccionó al gadget de Arkadei y a sus palabras -Claro, ¡gracias! Lo llamaré en cuanto pueda. ¡Nos vemos!-Dijo con amabilidad y levantándose también del lugar, dejando las cosas un poco ordenadas (para ayudar a los camareros!).

Se dirigió a casa. La primera persona que lo recibió fue su madre, quien estaba algo preocupada. Aunque Elsa sabía que Charlie habría avisado a su madre,  o esperaba que no se le hubiera olvidado. Pero pensó en que la preocupación de su madre se debía a los últimos meses.

-Elsa, ¿estás bien? ¿Fuiste con algún amigo a algún lado?-Preguntó la mujer, a lo que el chico negó.


-Oh, yo conocí a un hombre hoy...Un buen hombre.

El ceño de la mujer se frunció. Aquello no le gustó en absoluto.

¿Tiene que ver con...? ¿Le dijiste...?-Elsa asintió, sintiendo ligera culpa. Pero con firmeza. -Elsa, no me digas que él sabe que eres auror.

-Sí mamá...Lo sabe. ¡Pero él ya lo sabía sin que yo le dijera nada! Él también es auror. Me lo demostró.

-Pero Elsa...¿Y si captura otros aurores? Ya lo sabes, sabes cómo es la policía infiltrada, ¿no?

-Ya, pero...Él prometió ayudarme con mi problema.

-¿En qué sentido...? No me digas que te dijo que fueras a un centro.-Dijo la mujer con obvio miedo por su hijo.

-Sí...Pero le pregunté cosas. Me respondió absolutamente todo lo que yo le pedí. Es un sitio en Inglaterra que se puede encontrar en Internet, ¡puedes hablar con el hombre! Permite que vengáis conmigo, y de hecho él fue el que dijo que os avisara de todo.

-¡Pero Elsa! ¿No ves que eso podría ser una trampa? Por supuesto que está el sitio en Internet, ¡para atraer a aurores! Y por supuesto que permiten a los familiares las visitas. Recuerda que en un interrogatorio, siempre se habla con los allegados. Siempre. Elsa...

-Mamá, sé que estás asustada. Yo también lo estoy, ¡¡he estado viviendo como si fuera un criminal durante meses!! Y el hombre dijo que mi habilidad es maravillosa, si aprendo a controlarla.

-Pero Elsa, ¿y si es mentira? ¿Y si él NO quiere ayudar? Sé que eres un buen chico y tienes un buen corazón. Y eso es lo que ellos necesitan para manipularte. Eres bueno, y no harías daño a nadie. Pero por dios...No estás a salvo siendo auror. ¡¡No puedes fiarte de cualquiera que te ofrezca ayuda!!-

-Mamá...Elsa tiene razón.-Apareció Charlotte en medio de la conversación. -Elsa ha estado viviendo muy estresado...Y es mejor fiarnos de un buen hombre que ser capturados por uno malo, ¿no?

-Charlie, Elsa, ¿no véis que podría querer llevarse a Elsa y a la familia? ¡¡Podría ser una trampa!! Qué digo. LO ES. -Dijo la madre de ambos, comenzando a ser invadida por los nervios. Más de los que ya poseía desde que supo el problema de su hijo.  

Los dos gemelos se miraron a los ojos, y Elsa habló.

-Me dio su tarjeta...Eres policía, habla con él para saber si miente. Por favor.-Le ofreció todas las tarjetas que Arkadei le había entregado. -Pregúntale lo que quieras, lo que sea...Por favor, no perdamos una oportunidad...

-Sí...¿Y si es cierto que quiere ayudar? Elsa merece tener un poco de ayuda...Mamá, él me ha contado las cosas buenas de su factor áureo. Si tan sólo supiera utilizarlas...No dejemos que la paranoia nos separe, ¿vale?

Ante la insistencia de ambos chicos y la idea, pensó en probar. También se planteó grabar la conversación, y de hecho, pidió el móvil a uno de los dos. Como Elsa todavía tenía su bolsa con sus cosas, él fue quien le dejó el teléfono para grabar, mientras la mujer llamaba (procurando que su número fuera oculto, para que no la localizaran.)

Una vez marcó el número, esperó.
-Eh...¿Arkadei Vlak? Me gustaría tener una conversación con él respecto al centro de acogida para aurores.

Elsa miraba a su madre mientras esta hablaba. Desde donde estaba, tanto él como su hermana escucharon a Arkadei preguntar. La mujer suspiró. Y comenzó a hablar.

-Buenas noches. Me gustaría hacerle unas preguntas respecto a su institución. Soy una mujer que ha oído hablar sobre este lugar y uno de mis conocidos tiene severos problemas con esto, y en fin. Está...¿Solo? Me gustaría hablarle del caso en específico. Es...Sobre mi hijo.

La madre de Elsa mordió su labio. No era un truco especialmente difícil el descubrir un número anónimo, pero que lo hubiera hecho demostraba para la mujer la índole del lugar. No era un lugar de bromas, y lo supo cuando no sólo descubrió su número, sino que también su identidad. Aunque pensó que tal vez era porque Elsa podría haber dicho su apellido y el hombre lo habría buscado en las redes sociales. En ese caso tal vez sólo era una forma de asustarla.
-¿Cómo es que sabía que Elsa era auror, o su apellido? Y...¿Cómo es el lugar del cual le habló? Entienda que en este momento uno no puede fiarse. Sé que él es un adulto legalmente. Pero esta es una decisión importante para toda la familia.-Elsa miraba a su madre, mientras su hermana observaba igual de expectante. La última palabra la tenía Elsa, estaba claro, pero dependiendo de lo que dijera el hombre podría ser sospechoso o una salvación para ellos. Los gemelos, e incluso la señora Tatsuya esperaban eso último de corazón.

Hana escuchó a Arkadei atentamente. Que estuviera dispuesto a quedar con ella no tenía del todo claro si era bueno o malo. Pero después de unos segundos, y esperando que sus paranoias fueran infundadas, accedió a la petición del hombre. -Claro, podemos quedar frente al parque cerca del castillo. Estoy a poco rato de allí, ¿le parece bien?-

La madre de Elsa, una vez accedió a quedar con el hombre, le sugirió una zona que quedaba al lado del castillo en lugar de quedar en el parque en sí. A esa hora un día (entre las 8 y 9 de la noche) entre semana era extraño que ESA parte que ella había sugerido en concreto llamaran la atención. Los turistas rodearían la zona sin siquiera darse cuenta de la presencia de ambos, y las personas normales no estarían atentos a ambos y los empresarios o personas trabajadoras por allí tendrían otras cosas que hacer. Habían quedado allí dentro de media hora, cerca de las escaleras.


-Voy contigo.-Dijo Elsa. -Así podremos aclarar mejor las cosas.

-Elsa, ten cuidado. Podrías desatar tu habilidad en medio del castillo. Incluso...Podrías herir a mamá sin quererlo.-Dijo su hermana dudosa.


-Es cierto...Es un lugar público.-Frunció el ceño y siguió pensando. Tal vez no fuera la mejor idea. -Pero debo ir.  No soy un niño, y es mejor que vayan dos personas. Más si está en juego algo tan importante. Si ocurre algo recuerda que en casa sabemos lo que hacer. Evitaremos que ocurra cualquier desgracia.-Dijo el chico dándole un pequeño abrazo a la joven.


Charlotte asintió, aún dudosa, y Hana accedió a que su hijo la acompañara, pero advirtió de nuevo al chico que tuviera cuidado. De todos modos, se había llevado un taser oculto. No quería llevar su pistola, pues era muy peligroso que algún civil, o incluso otro policía la viera con un arma fuera de servicio. Podrían sospechar.

Elsa y Hana montaron al coche. La mujer condujo y aparcó en el primer lugar discreto que vio. Madre e hijo bajaron del coche, esperando al hombre. Elsa esperaba que todo fuera bien, y mirando a su madre, supo que ella también lo esperaba.

Elsa y Hana esperaron a que Arkadei llegara. Cuando lo encontraron y el hombre hizo la tradicional reverencia japonesa, Elsa y Hana correspondieron la reverencia. Hana miró al hombre. No tenía cara de mala persona, pero bien sabía por su oficio que las apariencias podían engañar. Iba con la mente abierta a ideas, pero atenta a cualquier percance que pudiera pasar.


-Hola de nuevo, ¡el gusto es mío, uh...Arkadei!-Sonrió tímidamente sin saber si actuar con formalidad o por el contrario, intentar ser amable.


-Buenas, señor Vlak. Un placer conocerle.-Saludó la mujer educadamente.-Supongo que podemos comenzar a hablar del tema ya...Cara a cara será más fácil, ¿no?-Sonrió con amabilidad. -Por favor, cuéntenos todo lo que debamos saber y aún no sepamos.-Dijo Hana expectante de analizar al hombre.

Ambos escucharon. Hana atendía y analizaba las palabras de Arkadei. Se había cubierto bien, todas las dudas que pudieran surgir en su cabeza desaparecían rápidamente y sin problemas. Se explicaba a la perfección. Además, notaba sinceridad, o al menos,franqueza. En ningún momento se veía como si el hombre quisiera pretender algo. Y que además, él mismo confesara ser un tipo de ''auror'', sumaba puntos para él. Su lado de policía buscaba entre las intenciones de aquel aparentemente amable y sincero hombre. Nada.

Elsa miró también a Arkadei como buscando su apoyo. Se convenció más de que había que probar suerte con su idea. Ya le había demostrado ser auror, y había sido tan sincero y paciente...Si era infiltrado, sería problemático para Elsa, pero no pensaba que lo fuera...O sí. Su cabeza estaba hecha un lío, pero sabía que a la larga, era la mejor solución...Y Hana, desde el punto de vista maternal, también lo comenzaba a creer. ¿Qué más le quedaba? ¿Esperar a que sus compañeros de la policía la descubrieran? ¿Tener que detener, o incluso asesinar o dejar que asesinen a su propio hijo?

Desde luego que me parece justo que Elsa apoye el centro con sus conocimientos y habilidades a cambio de protección y aprender a controlar su habilidad. Suena realmente bien, y más en la situación en la que nos encontramos. Es peligroso ser auror y que otros lo sepan, desde luego. Sólo una cosa más que me agradaría saber, señor Vlak...Y si aceptáramos su oferta ahora mismo...¿Cuándo saldrían usted y Elsa de Japón?-Preguntó Hana, con el mismo dilema que su hijo.

''[...] pero su poder se ha vuelto peligroso para los demás y para él mismo...'''

Aquello hizo pensar a Hana. Bien, supuso que rechazaba la oferta de él, ¿qué métodos tendría para defenderse? No sabía hasta qué punto podría aprovecharse de su arma reglamentaria, y además...¿Qué diría a sus compañeros de trabajo? ''Defendí a mi hijo porque se lo querían llevar por ser auror''. Auror. Aquella palabra haría que ella y su familia firmara una sentencia inmediata.

Miró a su hijo. Él ya no era un niño, pero aún así se enternecía cuando observaba cómo él dulcemente intentaba tranquilizarla con su mirada y logró convencerla definitivamente con aquel gesto. Por primera vez, el lado maternal de Hana había superado a su lado profesional. Elsa, quien lo entendió, asintió con la mirada, expresando la misma dulzura y sin un resquicio de culpa.

Ambos habían decidido.

-Bien...Iré allí.-Dijo el chico dando un paso hacia delante. Ofreció su mano a Arkadei y una tímida sonrisa dulce, ligeramente ingenua a pesar de las circunstancias. -Haré lo mejor que pueda, y trataré de aprender rápido y no causar muchos problemas. Soy algo torpe... Pero...Intentaré ayudar.

-Bien...Me encargaré del tema de la prórroga yo. Creo que algunos podrían ayudarme a cubrir la ausencia de Elsa. Creo que para su salida estará listo.