10. Clare: Reclutamiento.

— No te preocupes, linda, de hecho me sorprende que no hayas formulado más preguntas— dijo riendo ligeramente. —El Aurum Concordiam Institute es una escuela y refugio para aquellos que han desarrollado el factor áureo y no lo pueden controlar. La localización de este lugar es secreto. Arkadei fue quien lo fundó y quien se encarga de que sigamos viviendo en secreto y protegidos. Se ha asegurado de que nadie, ningún gobierno ni instituciones de índole privada nos molesten. Sin embargo nosotros también debemos poner de nuestra parte al no revelar a nadie ni la localización ni hacer saber quiénes vivimos aquí a nadie. Ni siquiera a nuestros familiares o mejores amigos.

La siguió guiando por las escaleras y el primer piso que al que acababan de llegar.

—En cuanto a las reglas son básicas por no decir lógicas— rió. —Como todos vivimos juntos debemos tener en cuenta las reglas de convivencia que hay en todo lugar donde se quiera conservar una buena vibra y paz. Respeto y colaboración sobre todo no solo para las labores que cada uno quiera y pueda hacer. No es obligatorio que debas hacer algo como limpiar la casa o cosas así. Aquí todos cooperamos con lo que queremos, por ejemplo yo me encargo de la cocina y los viveros. Desirée es como la coordinadora y Arkadei como el director. Ireza se encarga del refugio de animales, y Gherard del laboratorio. Todos hacemos lo que nos gusta hacer y así ayudamos a los demás. No hay un horario establecido, cada quien se organiza como desea.

Llegaron a la cocina y le señaló una silla alta en la barra.
—Dame unos minutos y preparo el desayuno— le guiñó un ojo para luego preparar la cafetera. —Quizás ya Arkadei te habló de esto, sobre el cómo aprendemos a controlar nuestras habilidades. Verás, aunque suene extraño, hemos podido comprobar que si estás bien contigo misma, si te aceptas y alcanzas un estado de equilibrio contigo misma, el factor también se equilibra y nos permite empezar a controlarlo a nuestro antojo pues si nos entendemos a nosotros mismos, entenderemos el funcionamiento de nuestras habilidades.

Fue al refrigerador y sacó varias cosas para preparar un almuerzo completo.

—Es difícil de creer y más difícil aún pensar en que sólo así aprenderemos pero ya lo hemos vivido y conseguido— sonrió. —Con dificultades y situaciones peligrosas pero hemos estado juntos y juntos avanzamos. Entre todos nos ayudamos pero lo principal es que vivas en un entorno donde puedes estar tranquila, donde nadie te juzga ni persigue y donde nadie va a darte la espalda.

—Es difícil, sí— le dio la razón. —Nadie bajo este techo la ha tenido fácil, venimos de familias destrozadas o terminamos por separarnos de los que más queremos con el fin de no dañarlos. No es nada fácil y nos hemos topado con una infinidad de retos y muros pero… con paciencia, tiempo y con fuerza de voluntad hemos salido adelante. Bajo este techo nadie va a dañarte, linda— le acercó una taza con café y un plato con una rebanada grande de pastel de chocolate. También puso cerca de la taza, una chuchara, tenedor, el frasco con azúcar y otro más con crema.—Eres libre, estás segura y si nos lo permites te ayudaremos a pasar por todo esto que ahora mismo vives— sujetó sus manos con delicadeza. —Tómate tu tiempo, relájate, haz lo que te gusta, quiérete y poco a poco verás los resultados— dijo segura antes de liberarla. —Ah, y diviértete, eso es muy importante— dijo riendo animada mientras se ponía a cocinar.

Sirvió una taza con café y de la pequeña cava al lado de la alacena tomó una botella de tequila. Ambas cosas las dejó sobre la barra frente a su marido.

Fue al refrigerador, sacó la jarra de jugo y rellenó el vaso de Clare.

Había dejado que Clare le explicara sobre su habilidad no porque no quisiera hacerlo ella sino porque aceptarlo y explicarlo era un paso importante para que empezara a asimilar la realidad con la que tendrá que vivir. Una realidad que si lo desea la puede hacer más que llevadera si comienza viendo su habilidad como un don en lugar de una maldición. Así lo había hecho ella.

Se quedó unos momentos al lado de su esposo y se apoyó en él mientras lo abrazaba pasando uno de sus brazos por detrás de sus hombros y le hizo un mimo hundiendo sus dedos en su cabello y le empezó a querer hacer rizo un mechón.

—No nos incomoda que nos quieras mantener seguros, linda— dijo a Clare. —Es una pena no poder ver tus bonitos ojos pero seremos pacientes. Hasta entonces tómate tu tiempo, no es necesario que uses gafas si no lo deseas pero si consideras que te ayudará entonces puedes usarlas. Es decisión tuya. Todo estará bien— sonrió imprimiendo en su voz el mismo apoyo que quería seguir transmitiéndole. —¿Quieres comer algo, amor?— preguntó a su marido.

Sonrió ante lo dicho por su marido y besó su mejilla antes de apartarse para ir al refrigerador y sacar lo que necesitaría para cocinar.

—Ya podrás manejar perfectamente tu habilidad, linda, confía en ti misma— le animó mientras freía los huevos.

No pudo evitar reír por lo que decía su marido. Esa forma de hablar, incomprensible y extraña para cualquiera que no hablara ese idioma, era siempre graciosa y hasta de cierta forma entendible a pesar de todo.

Ella misma había batallado para poder entenderle y pasó tiempo antes de por fin comprender y hablar su idioma. Y aunque día a día disfrutaba de ese peculiar y colorido léxico, no terminaba de acostumbrarse y no dejaba de darle risa. Risa que no contenía si no estaba Desirée presente pues ante ella debía mantener la compostura para poder reprenderla cada que a la joven se le salía hablar como su padre.

Terminó de cocinar y sirvió el almuerzo en el plato que colocó frente a su marido.

—A ver si te hace aguantar unas dos horas hasta la comida— dijo aún riendo.

Volteó a ver a Clare y sonrió feliz al ver que se había terminado todo el almuerzo. Así se empieza un buen día, con el estómago lleno.

—¿Recuerdas que dije que hay muchos tragones?— dijo viendo a Clare. —Bueno, aquí mi vida es uno de ellos. Entre él e Ireza vacían la cocina en menos de medio día— dijo riendo mientras se dejaba guiar por aquélla maña de delinear un costado de la barba de su marido.