10. Clare: Reclutamiento.

Asintió ante lo que pedía su marido.

—¿Te gustaría recorrer la casa ahora?— ofreció a Clare. —Veré si consigo un mapa pero mientras tanto te puedo dar un recorrido y mostrarte los caminos principales para que sepas regresar al lobby, la cocina y tu habitación si llegas a perderte— rio ligeramente.

Asintió a Clare y rio por lo que su marido dijo. No se lo imaginaba siguiendo un mapa. Es más del tipo de hombres que no les gusta pedir indicaciones ni seguir un mapa.

—Si me perdiera entre tanto pasillo irías a buscarme, ¿verdad?— le sonrió y se inclinó hacia él para besarlo pero deliberadamente dejó ese tronador beso que quería en la comisura de sus labios y no en la mejilla.

Volteó a ver a Clare teniendo cuidado de no mirarla directamente a los ojos y le hizo una ligera indicación para que la siguiera.

—Es por aquí— le dijo sonriendo amablemente.

—Caro, será nuestra primera parada— aseguró mientras se direccionaba para ir hacia allá por el camino más directo; se aseguró de que la siguiera de cerca antes de continuar caminando. —Si esa es la primer área que quieres conocer significa que te gusta la música, ¿no es así? ¿tocas algún instrumento?— preguntó interesada.

—La sala de música está equipada con instrumentos de distintos tipos, no suelo ir a esa área muy seguido así que no estoy segura pero debe haber una flauta trasversa en su haber. Es decir, si deseas practicar mientras recuperamos la tuya— le informó mientras andaban un pasillo largo que a su vez era atravesado por otros tantos de vez en cuando. —Si lo que te gusta es la industria de la música entonces puedes continuar con ello, y si no lo es, aunque te hayas dedicado a eso, no tienes que hacerlo si de verdad no es tu deseo— dijo luego de pensar un poco en las palabras que elegiría para decir lo siguiente. —No siempre lo que hacemos y a lo que nos dedicamos, es lo que nos gusta hacer así seamos buenos y mejor que nadie en eso. Suena contradictorio pero muchas veces así pasa. No te sientas presionada por encontrar algo que nos sea de ayuda aquí. Antes que nada pregúntate qué es lo que disfrutas, qué es lo que te gusta hacer o qué es lo que te gustaría hacer. Cualquier cosa que te guste hacer y que desees hacer nos será de mucha ayuda.

Sonreía y hablaba con calma, dando a entender que estaba abierta a cualquier duda que tuviera.

—Podrás practicar tanto como quieras— sonrió. —Y para que eso sea así te diré un truco para encontrar el camino hacia la sala de música y de regreso— siguió caminando pero esta vez se emparejó con Clara para que pudiera verla bien. —¿Ves esas lámparas en la pared?— se las señaló. —Las que son del mismo diseño guían directamente hacia la sala de música empezando desde el lobby y atravesando todos los pasillos que ya cruzamos. Solo es cuestión de que no olvides cómo lucen y las encuentres para poder seguirlas.

—Te llevaré a verla en cuanto revises y me des tu opinión acerca del área dedicada a la música— dijo sonriendo.

Siguió guiándola por el pasillo hasta que llegaron al "lobby" del, más que salón de música, teatro.

La sala de espera que hace de lobby del teatro podría despistar al incauto pues solo parecía una sala más con un fondo de paredes iluminadas por tonos cremas y dorados. Caminó rodeando la sala y condujo a Clare hasta la entrada que se divide en dos pasillos con una elegante y tersa alfombra roja que resalaba más la ornamentación en tonos dorados de toda el área.

Eligió el pasillo de la derecha y esperó a que la siguiera.

—Los dos pasillos dan a la misma área pero el de la izquierda te lleva más directamente a los balcones y el de la derecha a los asientos frente al escenario, y por su puesto, a donde están reposando los instrumentos— le fue explicando mientras avanzaban recorriendo el lugar.

—Arkadei tiene un gran talento musical, si hay algo que le guste más que la abogacía es la música. Conociendo eso, no es de sorprender que el área dedicada a eso terminara así— sonrió enternecida por la natural e inocente reacción de Clare. —Esta área aún no ha sido asegurada para que no corras riesgos, nos disculpamos por eso— dijo con tono apenado. —Pero quería que la conocieras antes que nada. Dentro de poco podrás venir cuando gustes y pasar tanto tiempo como desees aquí. Danos un poco de tiempo, quedará totalmente segura entonces— dijo segura.

—¿Categoría?— la palabra dicha así con la seriedad y asombro que le imprimía Clare, le pareció encantador y gracioso. No pudo evitar reír. —Bueno, a Arkadei le gustan los lujos y lo ostentoso.

Giró medio cuerpo para comenzar a caminar de regreso a la entrada.

—¿Quisieras ir a ver la biblioteca? ¿O te gustaría mejor ver otro lugar?— preguntó dándole la oportunidad de explorar al paso que ella deseara.

Sigrid no pudo evitar reír un poco ante la reacción de Clare pero la limitó para que ella no pudiera escucharla y se ofendiera.

—¿Serviría de algo si ella te regañara?— respondió encogiéndose de hombros. —Es una pijama conservadora, dudo que le moleste demasiado pero sí debiste haberte asegurado de que Clare estaba en condiciones de recibirte. Ya viste cómo le afectó que la vieras así— le dijo no molesta pero sí como una amonestación. Misma que le haría a Alejando en cuanto lo viera. Aunque, como en el caso de Arkadei, poco importaría.

A ninguno de los dos se les puede regañar o reclamar.

—¿Quieres comer algo mientras la esperas?

—No hace falta preguntar— le sonrió y se acercó para tomar su mano. —¿Desi ya despertó?

—Deberías dejar que les hiciera el desayuno a los dos— dijo entre reclamo y no. —Es importante que las parejas no solo se levanten al mismo tiempo sino que también coman antes de que deban separarse por cualquier razón.

Entraron a la cocina y ella se dirigió directamente al refrigerador de donde sacó la jarra con jugo de naranja y un platón de cristal con coctel de frutas.

Sirvió un vaso con jugo y un tazón de madera con fruta.

—Y no me lo desprecies— le pidió acercándole el tazón y un tenedor. —No soporto la idea de que andes con el estómago vacío— hizo un gesto que más parecía puchero que mohín.

—Pues muy mal, señor Vlak— dijo como si lo regañara pero su tono no sonaba lo suficientemente fuerte ni su mirada lucía dura. Lucía suave, tierna. —No eres de baterías, cariño. Tu cuerpo hace todo lo que le pides a marchas forzadas, sé que no me harás caso pero aún así me gustaría que te cuidaras más, si no lo haces por mi al menos hazlo por Desi. Esa niña te necesita como no lo entenderás jamás. Ella y nosotros— dijo segura mientras le acomodó un mechón de cabello y aprovechó para dejarle una delicada caricia en su mejilla.

—¿Qué es lo que parece? Si se puede saber— preguntó sonriendo pero confundida a Clare.

La joven era una recién llegada y a pesar de eso parecía haber ya cierta complicidad entre Arkadei y ella. Era extraño que él hiciera una amistad tan rápido pero más extraño aún era que se dejara "intimidar" por una persona extraña.

Le daba curiosidad ver por qué Clare ya se estaba haciendo alguien tan especial como para sorprender a Arkadei así y burlarse de él.

—¡Oh! Entiendo, entiendo— dijo ya segura de lo que pasaba. —A mi me gusta más decirle "justicia poética"— dijo riendo ligeramente.

Se alejó de Arkadei y caminó hacia Clare.

—No me había puesto a pensar en uno de los inconvenientes de que no podamos permitirnos que tengas un espejo, linda, lo siento, debí darme cuenta antes— dijo con voz apenada. —Si me permites yo puedo ayudarte con cosas como peinarte o con el maquillaje aunque en esa área las más adecuadas son Ireza o Desi, pero me encantaría que me dejaras peinarte— dijo mientras se colocaba detrás de Clare para sostener la larga trenza que llevaba sobre su hombro y la pasó hacia atrás para poder verla mejor. —Se te han escapado algunos mechones, linda— dijo no como crítica sino como comentario al que no pudo evitarle imprimir ternura mientras intentaba acomodarle esos mechones detrás de una de sus orejas. —Si te hiciéramos dos coletas trenzadas te verías encantadora y sin ningún pelito fuera de lugar— dijo sin poder dejar de tocar la trenza. —Tienes el cabello muy largo y precioso, tiene mucho potencial— dijo aún sonando tierna y sorprendida del cabello de Clare.

—¿De verdad? Gracias, prometo que tendré cuidado— dijo contenta.

Rápidamente se encargó de desatar la trenza y rehacerla dividiendo el cabello en dos. De entre los bolsillos de su ropa sacó las ligas necesarias para atarle dos coletas y trenzárselas con una trenza de cinco cabos. Le dejó libre el flequillo pero aseguró todos los mechones para que ninguno quedara fuera de lugar o se escapara.

—Listo, en el cabello largo es en donde más lucen las trenzas tejidas con cinco cabos, ¿te gusta? Puedo trenzártelas normalmente si te molestan— dijo un tanto apenada y preocupada.

—Se te ven preciosas, te enseñaré cómo se hacen cuando desees con la condición de que, aunque sepas hacerlas, me dejes seguir ayudándote a peinarte, ¿trato?— preguntó sonriendo.

—Mi primer trato de negocios con la linda Clare— dijo orgullosa tomando la mano de Clare para cerrar el trato. —¿Qué tal? ¿Soy buena para esto de los negocios?— preguntó a Arkadei.