10. Clare: Reclutamiento.

Rio un poco y se puso de pie.

—Te llevaré con ella, está en la sala principal— respondió. —Los mapas ya están en proceso de producción, sí son muy necesarios— sonrió. —Las llaves no solemos entregarlas para evitar que en una crisis se queden encerrados, perder tiempo derribando puertas es arriesgado si llegaran a estar en peligro— explicó mientras avanzaba por el pasillo en dirección a la sala principal.

Cuando llegaron al inicio del mismo, en un gran gabinete de madera negra y puertas de cristal, estaban colgadas todas las llaves de las habitaciones, algunas faltaban y ninguna estaba marcada, solo variaban en sus diseños.

—Pero si la solicitan, se la entregamos.

Abrió las hojas dobles de cristal y tomó una casi sin verla ni buscarla.

—Ésta es la de tu habitación— dijo entregándole la llave. —El mapa te lo daré en cuanto lo tenga— dijo con tono amable y sin dejar de sonreír.

A unos metros de distancia se podía ver la entrada a la sala principal, Ireza seguramente ya las había escuchado pero aún no se asomaba a ver.

—Eso me dejaría estar más tranquila,— asintió —gracias.

Cerró las hojas de la vitrina y caminó un par de pasos hacia la sala, esperó a que Clare la siguiera.

—Esta construcción tiene ya algunos años, cuando Arkadei la compró se remodelaron algunas cosas, casi todo, entre esas cosas están las llaves. No me había puesto a pensar en eso hasta ahora que lo mencionas— rió apenada. —No sé quién habrá diseñado las llaves pero tiene buen gusto, en estos tiempos modernos conserva la belleza antigua de la forja en metal— dijo admirada. —Me alegra saber que tu también aprecias ese trabajo artístico— asintió.

Entrando en la sala pudo ver a Ireza poniéndose de pie y guardando su celular y llaves en el bolsillo.

—Hola, Clare, Sigrid— saludó. —¿Cómo estás? ¿Más a gusto? ¿Comiste algo?— preguntó a Clare pero podía notar que su mirada la dirigía hacia un punto en el centro entre ambas para evitar mirar los ojos de Clare.

—Ese es el verdadero poder de Sigrid, engordar gente— dijo riendo. —No te preocupes, Clare, estoy bien, lista para salir— le dijo sonriendo. —Vámonos de una vez porque el camino es largo y las compras también— rio ligeramente. —Sigrid, lo más seguro es que regresemos tarde, estaré al pendiente del celular por si pasa algo.

—Tengan cuidado, si se les hace muy tarde no conduzcas de regreso de noche, quédense en un hotel y regresen por la mañana— dijo asintiendo y en tono un poco preocupado.

—Tranquila, tendremos cuidado— aseguró.

—Clare, compra todo lo que quieras, no te preocupes por los gastos, los cubrirá el instituto— aconsejó Sigrid.

Empezó a caminar hacia la entrada principal pero esperó a que Clare la siguiera.

—Bueno, entre que se llega a la ciudad, se eligen los locales, ves lo que hay o buscas lo que quieres, te lo pruebas, te entran antojos por comer algo y te llama la atención algo que exhiban los escaparates de otras tiendas, normalmente las compras se llevan un día completo— dijo riendo, respondiendo a la pregunta de Clare mientras salían de la mansión. —¿No sueles tardar mucho cuando vas de compras?— preguntó con interés y para seguir conversando con ella.

Necesitaba que se distrajera, empezara a sentir esa libertad que ya tenía y aprendiera a disfrutar de todo.

Caminó hacia el garage llevando a Clare con ella.

La escuchó y sus palabras solo le hicieron pensar que definitivamente tenía que llevarla a distraerse.

—Bueno, pues estas compras nos llevará todo el día así que prepárate— dijo riendo mientras sacaba las llaves del auto. —¿Qué quisieras ir a comprar primero?— preguntó al tiempo que presionaba el botón que levantaba los seguros de su bestia y presionó una segunda vez para que las puertas se abrieran.

Entró al auto luego de que Clare lo hiciera y lo encendió.

—Sí, si hacemos las compras de la ropa temprano podremos visitar más locales, yo también estoy buscando algunas cosas, ropa incluida, y zapatos— dijo sonriendo mientras sacaba el auto del garage. —Tienda de música…— pensó. —¿Qué instrumento buscas? Sé de varias tiendas pero hay algunas más especializadas que otras.

—¡Flauta trasversa, qué genial!— dijo sorprendida. —Ya sé a dónde llevarte— dijo decidida. —¿Te habló mi hermano sobre los beneficios que tiene la música en los aurores?— preguntó aumentando un poco la velocidad ahora que las llantas pisaban la superficie plana del camino que las llevaría fuera de los terrenos del instituto rumbo a la carretera.

—Es una actividad en la que se obtiene satisfacción inmediata si se ejecuta su práctica de manera correcta. Aumenta el autoestima y la seguridad de quien logra crear la melodía que desea o descubre una que le satisface. —Explicó. —Es una práctica que trae muchos beneficios si se aprende a no frustrarse cuando no sale bien lo que se esperaba. Para un auror esos beneficios son los que necesita para crear las oportunidades de aprender a controlar su factor.

No había sido su intención recordarle lo que había pasado por lo que optó por desviar su atención al tema que al parecer le interesaba bastante.

— Las habilidades, el factor en si, es como un instrumento musical que no elegiste y acabas de conocer. Cada quién debe aprender cómo funciona, qué puede hacer, qué no, y qué quiere lograr. Es como las metas continuas que un músico se pone para mejorar cada vez más y más. Prueba y error que a final de cuentas resultará en el dominio que cada músico obtiene con su instrumento predilecto.

—Oh, no, no tengo talento para eso. Mi talento musical se limita a apreciar las composiciones que los genios como ustedes crean— dijo riendo ligeramente. —Me encantará escucharte tocar la flauta trasversa si me lo permites, por lo que me comentas de tu perseverancia y testarudez, seguro eres excelente— dijo muy segura.

Ahora que ya estaban en la carretera pudo aumentar la velocidad un poco más y mantenerla constante. Si no se presentaba nada, llegarían a muy buen tiempo a la ciudad.

—¡Esa es confianza!— dijo riendo. —No se hable más, en cuanto se pueda organizaremos un concierto privado en el instituto. Tu debut— dijo animada. —Gravaré un video, un minuto o dos nada más para crear más misterio, lo subiré a redes sociales, lo haremos viral y cuando todo mundo hable de la hermosa y desconocida prodigio de la flauta, ¡pum! ¡Te damos a conocer, te conviertes en una estrella y te haces rica!— dijo emocionada. —Pero eso sí, nos darás pases vip de cortesías para tus presentaciones, ¿de acuerdo?— dijo con tono de negociadora.

—Mmm…— fingió pensar un poco. —¡Me gusta la idea! Todos ganamos así— se encogió de hombros. —Bueno, entonces lo primero que hay que hacer es conseguirte la flauta de la mejor calidad y todo lo que necesites para que estés a gusto. Hay que mantenerte consentida— dijo asintiendo a su propio plan. —Y para eso necesitamos más información así que, mmm…— volvió a pensar por unos segundos. —Sigrid ya sabe cuáles son tus debilidades culinarias así que a mi me toca investigar qué es lo que te gusta hacer a parte de tocar la flauta y cuáles son tus demás gustos así que, ¡exprésate! Soy toda oídos— dijo con tono no solo animado sino como de niña en papel de investigadora de caricatura animada.

—Por los libros no tienes que preocuparte, si no te molesta que sean prestados, puedes devorar los que tenemos en la biblioteca. La mantenemos actualizada así que ahí encontrarás hasta el título más reciente y los que están de moda, también clásicos, de culto y algunas rarezas que conseguimos por aquí y por allá— dijo con tono sencillo y sonriendo. —Cuando sea un mejor momento te llevaré a tu apartamento para recuperar todo lo que podamos, no te preocupes por eso— aseguró.

Aún estaba preocupada por su hermano y se mantenía atenta a cualquier señal de su teléfono que le indicara que había recibido algún mensaje o llamada. Desirée ya debía estar con él y eso la tranquilizaba lo suficiente como para intentar hacerse cargo de Clare. Era recién llegada, debían asegurarse de conseguir todo lo que necesitara y ayudarla a que desde ya empezara a sentirse a salvo y a gusto.

—Mis gustos…— pensó. —También me gustan mucho los libros, del género fantástico son mis preferidos o lo eran antes de que los seres con poderes nos saliéramos de la ficción— rio. —Con tanto auror por todas partes ya la realidad parece historia fantástica— se encogió de hombros. —En cuanto a películas es lo mismo pero me gustan mucho los documentales y me gusta ver las adaptaciones de libros para ver que tanto lo arruinaron— comentó mientras encendía la radio y sintonizaba la estación fincada en la ciudad a la que iría.

Era una manera de mantenerse al tanto de lo que ocurría y así podría enterarse rápidamente si algo respecto a los aurores era mencionado y debían tomar más precauciones.

—En cuanto a tu área de desempeño, la música, me gusta de todo, algunos grupos o cantantes más que otros. Por cierto, hay varios aurores en el instituto con talentos musicales, si quieres y nos brindas uno de tus talentos, sería genial que los conocieras y escucharas. Quién sabe, quizás haya más estrellas por descubrir— dijo como tentándola porque sabía que ese campo del mundo musical era lo suyo y parecía ser que le gustaba basante.

Si todo salía bien Clare podría retomar sus actividades favoritas, generar ganancias para ella misma de nuevo si eso quería y aportar su ayuda y talentos al instituto y al resto de aurores.

Ya quería que todos la conocieran para que le dieran la bienvenida y supiera que no solo estaba en un lugar seguro sino en uno donde podría hacer amistades si así lo deseaba.